CAPÍTULO 8.

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Entre las bolsas que estaban tiradas junto a los sacos de boxeo encontramos ropa deportiva dentro. Mangel me hizo ponerme unos pants, una sudadera bastante grande y me subió la gorra. Hoy tenia cita con Samuel y pondríamos en práctica la idea de Mangel. Si no funciona... bueno, no tengo nada que perder.
Con el frío que hace no me vería extraño todo abrigado, lo contrario, parecería un chico normal que está haciendo ejercicio. Mangel subió el cierre de su sudadera y salimos.
Como era yo el que sabía el camino, Mangel corría detrás de mí siguiéndome el paso.
Si tuviera que sentir algún tipo de culpabilidad, seria para con Mangel...
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La puerta del consultorio de Samuel se abrió y salió una chica pelirroja junto a su madre. Las seguí con la mirada hasta que salieron.

-¿No te acompañaron tus padres hoy?- Preguntó Samuel.

-Hoy vengo con alguien más- Me acerqué más a Samuel para que Mangel no pudiera oír- Es Mangel, el chico del que hable la cita pasada- Me cohíbe que Mangel sepa que hable de él, de la manera en que lo hice.

Samuel sacó la cabeza y miró al único chico sentado en la pequeña sala de espera. Con la mano le pidió que entrara con nosotros. Nos sentamos frente a Samuel y sobre el escritorio ya estaba mi carpeta.

-Que deportivos vienen, bien, empecemos- Se acomodó bien en su silla- ¿Algo relevante que haya pasado esta semana?

-Si- Solté aire por la nariz.

-Cuéntame, supongo y tiene algo que ver con este jovencito y por eso te acompaña- Sonrieron ambos.

-No del todo... Ayer fui a la escuela como siempre y ya sabes, Max y sus amigos me molestaron pero me porte valiente.

-Un muy buen avance- Comentó Samuel, el muy pobre no se imagina lo que le soltaré más adelante.

-En clase de historia Incendié la escuela.

- Es común imaginar y desear incendiar tu escuela cuando es un lugar que detona bombas en ti, profesores incompetentes, alumnos agresores...

-De verdad lo hizo, ¿Qué no lees el periódico?- Interrumpió Mangel pegando las manos en la mesa. Samuel abrió la boca, pero no se veía sorprendido ¿Se lo habría esperado de mí?

-¿Es por eso que no vinieron tus papas? ¿Saben siquiera que estas aquí?- Preguntó exaltado.

-Sí y no. No he regresado a mi casa y no voy a regresar hasta que me ayudes en algo- Mi voz en vez de sonar a amenaza sonaba a un ruego.

-Ya saben que fue él el que incendió la escuela y necesitamos algo que lo justifique- Dijo Mangel.

-Rubén, lo siento pero tengo que llamar a tus padres. Eres menor de edad y necesitas a un adulto que interceda por ti, ¿Quién mejor que tus propios padres?

-Samuel no lo hagas, escucha primero lo que queremos pedirte- Tome con las dos manos el teléfono del escritorio y le rogué con la mirada. Samuel asintió con la cabeza.

-Si en el diagnóstico de Rubén aparece que tiene algún tipo de problema que justifique lo que hizo serán menos duros con él.

-Cuando haces algo, hay consecuencias- Samuel se frotaba la frente con la mano- ¿Qué pensabas que pasaría cuando lo hiciste?- Me preguntó, por su cara caían gotas de sudor.

-No recuerdo- Mentí.

Samuel tomó la carpeta que estaba justo en medio de ambos y pasó las hojas examinándolas, cuando terminó la dejo donde estaba y con la mirada me invito a leerla.

-Tenia tu diagnostico ya hecho, pensaba entregártelo hoy.

Miré a Mangel que tenía las manos juntas y con las cejas me pidió que lo leyera. La primera hoja eran mis datos personales y las fechas de todas las citas con mi psicólogo, me salté a la segunda y solo le di una sobre leída hasta que llegue al Diagnostico final: Trastorno límite de la personalidad.

-¿Soy un trastornado?- Le di a Samuel una mirada confusa.

-El nombre está mal interpretado pero aún no existe un término más preciso para el trastorno límite de personalidad. Generalmente comienza a tu edad, durante la adolescencia o la adultez temprana. No te sientas mal, aproximadamente el 1.6 por ciento de personas en Estados Unidos sufren este trastorno en un año.

-Me parece mucho, yo solo tengo problemas de ira como me decías antes.

-No Rubén, problemas de ira sí tienes, pero no vienen solos ¿Recuerdas esas voces que te "Hablan" dentro de tu cabeza? Tienes problemas para regular tus emociones y pensamientos. Tu comportamiento es impulsivo e imprudente. Tu ira inadecuada y los problemas para controlarla fue solo el inicio. En el caso de los hombres este trastorno coincide con el de la personalidad antisocial. Eso te suena ¿verdad?

Tragué saliva al procesar lo que Samuel me acaba de decir. Mangel me tomó de la mano por debajo del escritorio.

-¿Es suficiente para que no lo metan a la cárcel?- Preguntó Mangel.

-Sí, tendría que comprometerse a asistir a terapias y seguir el tratamiento que un profesional le dé. Es difícil de tratar pero puede tratarse con eficacia, pero yo no soy juez ni mi profesión es con la ley así que lo que digo es solo una posibilidad.

-¿Me puedo llevar la carpeta?

-Adelante, te tendrán que hacer un historial médico actualizado para anexarlo.

Asentí y con Mangel todavía de la mano, salimos del consultorio.

-Te lo dije- Soltó con una sonrisa burlona- Todas mis ideas son buenas.

-No todas, tu brillante idea de conocerme en persona te metió en todo esto.

-Esa ha sido la mejor de todas.

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PERDÓN PERDÓN PERDÓN PERDÓN por el retraso:c estuve ocupada con exámenes y entrega de proyectos de fin de curso tanto en la preparatoria como en mi escuela de inglés pero ya salí de vacaciones de la preparatoria así que estoy más libre y subiré los últimos 2 capítulos a tiempo.
Quería darles las gracias por los comentarios del capítulo pasado, fueron muy bonitos ASDFGHJK<3
PD: seguiré dedicando capitulosc;
MariajoseMellark_

¿A quién quiero engañar? - RubelangelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora