capitulo 9.

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Minjeong volvió a mirarse en el espejo del baño de la escuela, haciéndose señas a sí misma

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Minjeong volvió a mirarse en el espejo del baño de la escuela, haciéndose señas a sí misma.

<<Ánimo. Sólo házlo. Escríbelo>>.

Aguantando la respiración para que su valentía no se escape, sacó el cuaderno de su mochila, escribiendo rápidamente lo que quería decir.

No sabía porqué le ponía tan nerviosa invitar a Giselle a su cumpleaños.

Quizás era sólo porque se trataba de hablar con Giselle, siempre lograba ponerla un poco nerviosa, aunque se había acostumbrado a ese nerviosismo.

La puerta del baño se abrió, entrando tres chicas entre risas, chicas que conocía bien.

Frunciendo los labios, tomó su mochila y fue guardando el cuaderno mientras iba hacia la salida del baño.

Hey, está la cerdita muda.

Sintió un empujón en su hombro, que la hizo soltar el cuaderno, que se abrió en el suelo, dejando ver páginas y páginas escritas de conversación.

—Oh. —dijo una de las muchachas, con interés, agachándose para tomar el cuaderno.

Minjeong se adelantó, tomándolo primero, pero un empujón la hizo caer sobre su trasero hacia atrás.

—¿Qué? ¿Lo quieres?

Kim quería gritar, de nuevo, pero no podía, la impotencia hizo que sus ojos de llenarán de lágrimas.

—Oh, va a llorar, la gorda va a llorar. —se burló otra, mientras una comenzaba a hojear su cuaderno, viendo todas las palabras, todo lo había dicho.

—¿Es tu cumpleaños? —preguntó la que tenía el cuaderno en mano, cerrándolo, dejándolo sobre el pecho de otra para que lo tomara.

La chica tomó sus manos, alzándola sin cuidado.

—Felicidades, ¿Cuánto tienes ya? ¿Quince, verdad? —golpeó su brazo con exagerada fuerza. —Déjame darte un regalo.

Minjeong negó, quería irse, quería correr, pero la chica la estaba agarrando demasiado fuerte por sus brazos.

Un grito mudo escapó de sus labios cuando sintió el pie de la chica aplastando el suyo, con fuerza, viendo cómo sonreía un poco más.

—No sé quién sea ese idiota que te defendió, pero tú vas a pagar lo que me hizo. —dijo, bajo, haciendo las rodillas de Minjeong temblar.

Deseó dejar de sentir con el primer golpe.

Deseó dejar de sentir con el primer golpe

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