capítulo 20.

34 4 0
                                    

Apenas habían dejado las cosas en la casa de los tíos de Minjeong, apenas en la entrada, dejando que el señor Kim se encargue de entrar todo, y volvieron a subir al auto para ir hacia el médico

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Apenas habían dejado las cosas en la casa de los tíos de Minjeong, apenas en la entrada, dejando que el señor Kim se encargue de entrar todo, y volvieron a subir al auto para ir hacia el médico.

Giselle notó que Minjeong estaba bastante nerviosa y tensa, por más que no entendía la razón y las palabras de su madre tampoco le aclaraban mucho las cosas.

La rubia pasó su mano sobre los hombros de Minjeong, acariciando un poco su cuello, dejando su mano en el hombro opuesto, tocando su cuello con sus dedos.

Minjeong la miró y un poco de preocupación dejó sus ojos.

—Todo está bien —dijo Giselle, sonriendo levemente. —Estoy aquí.

Minjeong sonrió y asintió, como diciendo "Lo sé", y sonrió un poco.

Al llegar al consultorio del médico este los saludó a todos cálidamente y estrechó la mano de Giselle cuando se presentó.

Prosiguió a hablar con Minjeong, quién respondía con lenguaje de señas.

El doctor entendía casi todo lo que quería decir, pero solía dar unas miradas a la señora Kim cuando se perdía, para que ella tradujera sus gestos.

A diferencia de la señora Kim, el médico no le habla junto con señas a Minjeong, lo hacía como si fuera una persona normal, y Giselle notó lo dinámico de la conversación si Minjeong no tenía que escribir todo lo que quería decir.

El médico reviso su pecho, boca, garganta y oídos, revisó sus reflejos, su pulso y presión, para luego decir que estaba todo bien, darle una paleta a Minjeong y decirle que esperara afuera mientras él hablaba con su madre.

La mirada de Minjeong fue automáticamente a Giselle, quién hizo una seña para salir.

Luego de la visita al médico Minjeong parecía más tranquila, pero estaba mucho más callada, en el sentido de que respondía a todo lo que Giselle decía con la cabeza, sin escribir nada en su cuaderno.

Eso ofendió y preocupó un poco a la rubia.

Minutos después, la madre salió del consultorio despidiéndose del doctor y subiendo al auto, haciendo que las chicas hicieran lo mismo.

Minutos después, la madre salió del consultorio despidiéndose del doctor y subiendo al auto, haciendo que las chicas hicieran lo mismo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝗆𝗎𝗍𝖾 ♥︎!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora