capitulo 10.

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Con el labio roto y sangrando, un ojo morado, con el abdomen y costillas adoloridas, sus pulmones buscando aire y los ojos dejando fluir lágrimas constantes, Minjeong sólo intentaba conseguir aire de nuevo

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Con el labio roto y sangrando, un ojo morado, con el abdomen y costillas adoloridas, sus pulmones buscando aire y los ojos dejando fluir lágrimas constantes, Minjeong sólo intentaba conseguir aire de nuevo.

Vió a las chicas destrozar su cuaderno, luego buscar algunas cosas en su mochila para luego marcharse, dejándola allí.

Minjeong se permitió llorar, desahogando todo lo que pudo.

Sintió miedo cuando la puerta del baño se abrió de nuevo, pero cuando vió quien era, quiso esconderse.

—Min-... —Giselle se congeló ante lo que sus ojos presenciaban.

Minjeong intentó alejarse, intentó levantarse, pero sólo trastabilló.

—No, no, no, no... —Giselle se acercó hacia ella, haciendo que se quedará sentada en el suelo, notó cómo temblaba, con delicadeza, despacio, tomó el rostro de la chica para alzarlo. —Puta madre...

Minjeong estaba avergonzada, no quería que su única amiga la viera así, se sentía inútil, apenas se había separado de ella diez minutos y ya estaba toda magullada, luciendo horrible.

—Voy a matarlas. —murmuró Giselle, levantándose para salir a romperle a la cara a unas cuantas.

La mano de Minjeong atrapó la tela de la camisa de la japonesa, tirando suavemente.

Giselle se detuvo para mirarla, aunque su estado le rompía el corazón.

Minjeong negó, hizo unas seña que sabía que Giselle no iba a entender, pero las hacía sólo para decir algo.

<<No me dejes>».

Giselle volvió a arrodillarse frente a ella, y Minjeong lo agradeció.

Rodeó el cuello de Uchinaga con sus brazos, dejando su rostro sobre el hombro de la mayor.

Unas lágrimas de impotencia se acumularon en los ojos de Giselle.

Había prometido proteger a Minjeong, y no lo había cumplido.

Acercándose más a la chica, se dignó a hacer lo único que podía.

Pasó uno de sus brazos por debajo de las rodillas de Kim, mientras el otro la sostenía por la espalda, cargándola de forma nupcial, salió del baño dispuesta a llevarla a la enfermería.

Pasó uno de sus brazos por debajo de las rodillas de Kim, mientras el otro la sostenía por la espalda, cargándola de forma nupcial, salió del baño dispuesta a llevarla a la enfermería

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