11. Dos citas y un adiós

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Esta llegada al puerto es inusual, sobre todo porque no han tenido que comerciar ni tratar el contrabando.
Simplemente actuando como marinos normales.

Sin embargo, los hábitos de Jungkook permanecen intactos, y se deleita con los placeres carnales que Portugal tiene para ofrecerle.

El aroma a alcohol barato, tabaco y opio se impregna en sus ropas, las cuales están revueltas en su propio cuerpo semi desnudo, sudando en medio de la entrega pasional que mantiene con uno de los tantos prostitutos con los que se ha acostado.

No hay orgullo ni honor alguno en sus actos pero poco le importa a estas alturas.
El calor de sus venas y el impulso de sus entrañas es más fuerte, sucumbir ante la tentación no es difícil y más ante las maravillas que sus distintos acompañantes han podido ofrecerle a lo largo de los años, hoy no fue la excepción.

Luego de haberse desmayado por la cantidad de sustancias y esfuerzo físico, perdió la cuenta tras varias rondas, terminando por irse a las horas del lugar, intentando resguardar un poco su decencia al acomodarse la ropa en el camino.

— Hueles a mierda ¿Dónde estuviste? — La voz inquisitiva de Taehyung interroga al albino en la cocina, quien había ido a buscar comida

— ¿Por qué tendría que decírtelo? No te interesa — Murmura malhumorado el alfa, obviamente con resaca por las horas de parranda.

El rubio se acerca al más alto, observándolo fijamente y olfateandolo un poco.

— Estuviste en un burdel de mala muerte —
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El capitán estaba sentado en la mesa principal de la cubierta, frente a Sehun y Luhan, quienes no dejan de mirarse de reojo al estar ante la inquisitiva mirada de Jimin.

— Déjenme ver si entendí, ustedes son destinados — concluye el castaño, provocando el sonrojo de los contrarios.

— Y-yo… pues es lo mismo que… — empezó a hablar el de ojos verdes, pero se calló de inmediato con la mirada asesina que le lanzó el capitán.

— Les autorizo a ir a conocerse y hacer sus cosas lejos de mi barco, pero tú — apunta a Sehun, quien da un respingo — Tu vuelves, no me interesa lo que decidan, pero tú no te puedes ir de esta tripulación — sentencia firmemente, poniéndose de pie. — Luhan, necesito hablar contigo —

—¿Qué debes hablar con él? — pregunta sin filtro Sehun, mordiéndose la lengua de inmediato.

— Tranquilo alfita, le daré la charla de mamá Omega sobre cómo se hacen los bebés — dice con dulzura fingida y tono burlón — Y controlate, no vayas a orinarlo — Murmuró con sarcasmo

Tomó el brazo del joven, jalandolo con firmeza caminando juntos fuera del barco con una sonrisa fingida.

—Escuchame una cosa, mi niño— Inicia el castaño cuando empiezan a caminar por el puerto — Quizá te oculté una cosa o dos, pero no tenía considerado que este puto país me traería tantos problemas — Comenta conteniendo su rabia — Es prácticamente ridícula esta situación, pero necesito que te calles y que finjas que nos conocimos en el mercado, ignora los motivos por los que fui dónde esa mujer y olvida por completo a mi jodido destinado, con eso te dejare vivir en el barco con Sehun — Ofrece el castaño.

— ¿Crees que soy tonto? Eso solo te conviene a ti, tendrás a tu trabajador y mano de obra extra además de guardar el secretito a tu enamorado, así que no acepto tu “oferta” — El de ojos verdes se suelta de su agarre, provocando un tanto de shock en el capitán.

— ¿Qué quieres entonces? — raro es en él estar abierto a negociar, pero en estas condiciones tiene bastante que perder.

— Primero tengo qué saber en qué me estoy metiendo así que habla, qué mierda es lo que hacen — Gruñe con cierto recelo.

[+18] Así se hace en Portugal [Omegaverse]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora