Memories.

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20 de Agosto de 2001
Academia de hechicería en Tokio.

JAJAJAJAJAJA, NO PUEDES HABLAR EN SERIO. — Una escandalosa risa se escuchaba en todos los rincones del aula y por parte del largo pasillo que tenían que atravesar para llegar a ella. Era la última aula de las 8 que había, así que les gustaba juntarse ahí al terminar las clases.

— ¡Lo digo muy en serio! Está loco. — La risa volvió, ahora más escandalosa que nunca. Fue entonces cuando la puerta del aula se abrió abruptamente, ocasionando que un escalofrío recorriera el cuerpo de ambos y que el mayor se callara.

— Sus gritos se escuchan desde el aula uno. Calmense ambos. — Una chica de complexión mediana con el cabello castaño hasta las mejillas entró a la habitación con un semblante serio y calmado. Ambos suspiraron aliviados al ver de quien se trataba.

— Shoko, no entres así de repente a lugares ocupados. — Mencionó el pelinegro entre dientes.

— ¿Para que tú y Satoru se sigan besando en paz? Nah, no lo creo. — Shoko rió a lo bajo, desde que los conoció hacía ese tipo de bromas y comentarios a ambos. Algunas veces se molestaban y otra veces reían con ella, pero siempre manteniendo un perfil bajo ante eso.

— ¿Nosotros? Suguru debería besarse contigo, tan novios que son. — Bromeó el peliblanco, esperando ansioso la reacción de Shoko. En cambio, recibió un golpe en la cabeza de parte de el chico que estaba sentado sobre la mesa a su lado, Suguru Geto.

— No digas estupideces, Satoru. — El más bajo bajó una de sus piernas de la mesa y después esperó hasta que su compañero se parara de la silla al igual que él. Satoru refunfuñó y se paró de la silla a regañadientes. Algo que le gustaba más que nada en el mundo a Satoru Gojo era no hacer nada. Entre menos el esfuerzo, más feliz era.

— En serio que no sé cómo alguien se puede quejar tanto como tú, Satoru. — Algo que destacaba de Suguru era su voz. Era una voz relajante y calmada y a Satoru le encantaba escucharlo hablar. Aunque nunca lo admitiría en voz alta. Desde que lo conoció, notaba como Suguru decía su nombre de manera delicada y cariñosa. "Satoru..."

— Bueno, tal vez eso es algo en lo que soy bueno. ¿No? — Satoru sonrió de lado mientras salían de la escuela hacia el exterior. Suguru metió su mano a su propio bolsillo y sacó unos lentes oscuros de forma redonda.

— Eres bueno en todo lo que te propones, Satoru. — Ahí estaba otra vez, parecía que Suguru amaba pronunciar el nombre de Satoru. Tomó los lentes y volteó su cuerpo hacia el rostro de Satoru para colocarle éstos. — Recuerda eso siempre. — Suguru sonrió de la manera más cálida en la que jamás había sonreído. El corazón de Satoru dió una vuelta y sonrió de igual manera. A veces creía que la sonrisa de Suguru era contagiosa.

— ¡Ehem! — Ambos miraron molestos a la chica que venía a su lado y ella soltó una carcajada al ver sus caras. Ahora los dos chicos miraron al otro y rieron junto con ella. Llevaban dos años siendo amigos, pero cualquier momento en el que estuvieran juntos, se volvía una carcajada segura para todos.

— ¿Vamos a comer? Conozco un buen restaurante donde venden el mejor curry que he probado. — Shoko siguió caminando mientras los dos chicos peleaban entre sí detrás de ella. Al oír la palabra curry volteó hacia Shoko con una sonrisa.

Uuuh, la comida favorita del gran Satoru Gojo. — Suguru lo miró de manera burlona y Satoru soltó el cuello de su uniforme casi al instante. Metió sus manos a sus bolsillos y se adelantó a caminar al lado de Shoko.

— ¿Es curry dulce? — Shoko asintió y Satoru sonrió de nuevo, ahora más esperanzado. Ahora, algo que amaba más que no hacer nada, era el curry dulce. Era su comida favorita y sabía que Suguru y Shoko estaban muy al tanto de eso.

— Vamos, yo pago. — Ahora Suguru se encontraba al lado de ambos, caminando tranquilamente, viendo la puesta de sol frente a ellos. Satoru volteó a verlo y notó como sus pestañas y su piel brillaban con el sol.

— Pareces vampiro. — Bromeó el peliblanco. Suguru abrió sus ojos y lo miró confundido. Satoru soltó una carcajada al igual que Shoko. Suguru solo sonrió derrotado.

Ese día los tres comieron cosas deliciosas, Suguru y Satoru casi son expulsados del restaurante después de que comenzaran a pelear al tratar de adivinar cuanto sería lo que les cobrarían por la comida, Suguru adivinó el precio exacto y Satoru se ardió. Shoko solo miraba con una expresión calmada mientas tomaba su té y pagaba la cuenta ella misma. Al final del día, los tres regresaron a sus casas. Al llegar, recibieron un mensaje de Satoru, el cual avisaba que había llegado a casa a salvo. Suguru sonrió al teléfono y fue a dormir, pensando en que tenía a los mejores amigos que nunca podría volver a tener.

19 de Abril de 2011

Casa de Suguru Geto.

Suguru volvió a esa escena donde Satoru lo abrazaba con una fuerza descomunal, casi como si quisiera que nadie se lo llevara. Podía escuchar ligeros sollozos, sollozos que le partían el corazón en mil pedazos.

— Satoru... — Ahí estaba, el nombre que extrañaba mencionar. Ese nombre que por más que intentaba decirlo con odio, nunca pudo. Nunca sintió odio por él, en realidad. Es solo que...

— Papá... — La memoria de Suguru volvió a sus recuerdos. Esa voz... Esa voz la había escuchado antes.

¡Hola! Otra parte de esta historia

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¡Hola! Otra parte de esta historia. Espero que no me odien después de terminarla... Terminaré siendo el Gege de Wattpad, que horror. La foto que utilicé para la imagen de arriba es de @Deltanpopo , la encontré en Pinterest.

Hasta el próximo capítulo.
¡No apaguen el foco! ☆

𓏲 ˖ Late Night Visitor . ࣪ ִֶָ ⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora