Bad news...

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El susodicho fin de semana había llegado y Megumi se encontraba parado fuera del aeropuerto con su maleta en mano. De repente un claxón hizo que saliera de su mente y volteara hacia donde provenía el sonido.

— ¡MEGUMI! — Sin imaginarlo, un hombre de casi 50 años se abalanzó contra el chico sin previo aviso. Megumi supo de inmediato que se trataba de su padre, Satoru Gojo.

— Satoru, levántate del suelo. Ya no estás en edad de andar tacleando gente así como así. — Una voz más suave interrumpió su pequeño encuentro con una sonrisa.

— Bienvenido, mi niño. — Megumi sonrió y abrazó a ambos de sus padres con una calidez y nostalgia que no se comparaba con nada.

Viajaron en el auto de Satoru durante unos 20 minutos hasta llegar a su casa. Estacionaron el coche fuera de ella y cuando Megumi se bajó, pudo oler el bello aroma de los abundantes cerezos que había justo en frente de la vieja casa.

— Todo sigue igual... — Mencionó Megumi mientras caminaba lentamente dentro de la casa. Respiró hondo al percibir ese olor a madera que tanto amaba.

— Bueno, no es que podamos mover mucho tampoco. — Megumi rió ante el comentario de Suguru y ambos se sentaron en la sala mientras Satoru se dirigió a la cocina para preparar té.

— Cuéntame, ¿cómo te va en el trabajo? — Suguru comenzó una conversación cliché con su hijo mientras Satoru solo escuchaba de lejos, Megumi decía lo que tenía que decir y luego se callaba para simplemente disfrutar de la compañía. No era alguien de muchas palabras y ambos lo sabían bien, pero era lindo tenerlo ahí.

Así pasaron los días, Megumi se tenía que regresar a London a más tardar el Lunes por la noche, así que comenzó a preparar las maletas. Suguru pasó por su habitación y lo observó mientras lo hacía.

— Desearía que no te fueras, mi niño... — Suguru tocó su pecho de forma paternal y nostálgica mientras hablaba. Megumi lo miró de reojo y sonrió dulcemente ante su padre.

— Volveré después, aún me quedan muchos años para vivir y poder verlos. — Mencionó Megumi en un tono soñador. Suguru se quedó callado y suspiró pesadamente.

— Lo único cierto es que te quedan muchos años por delante... — Megumi paró de doblar sus prendas y volteó a ver a su padre con un semblante confundido.

— ¿A que te refieres? — El joven preguntó con una sonrisa, una sonrisa de confusión. Suguru no pudo contenerlo más y se lanzó a su hijo, abrazándolo de una manera dulce y calida. Megumi lo abrazó de vuelta y acarició su largo cabello ya conquistado por los cabellos grisáceos.

— Papá, volveré, no tienes porque extrañarme tanto. — Bromeó Megumi, pero justo en ese momento, Suguru levantó su mirada llena de tristeza.

— Hijo mío... Mi niño... — No caían lágrimas de los ojos de Suguru, pero su corazón lloraba de todas las formas existentes. El padre tomó la mejilla de su hijo con gentileza y se acercó a su oído a susurrar algo.

El rostro de Megumi se iba desfigurando mientras los labios de Suguru se movían. Cuando terminó, Megumi tenía los ojos llenos de lágrimas amargas.

— ... ¿Estás completamente seguro? — Preguntó él con la voz quebrada. Suguru asintió con pésame y volvió a abrazar a su hijo una vez más. Megumi se desmoronó en el suelo mientras su padre seguía abrazándolo con fuerza, deseando que fuera una simple pesadilla. Sus ojos se llenaron de lágrimas y los de su padre también, no podía evitar lamentarse por lo sucedido.

— No puedo volver... No mientras sea así... — El joven tomó los hombros de su padre y lo miró fijamente. La tristeza invadía las almas de ambos, sin embargo, Suguru apartó sus manos y con una sonrisa dulce contestó: "No, por favor, hijo, sigue tu vida." Esas palabras quedaron grabadas en Megumi como una enorme cicatriz de combate en su corazón.

Él solo lo observó mientras lloraba y costó bastante convencerlo de irse. Pero antes de hacerlo, antes de subirse al avión, Suguru lo abrazó y susurró algo en su oído.

"No le digas a tu padre..."

Y con eso en mente, Megumi abordó el avión mientras su alma era destrozada con estacas.

𓏲 ˖ Late Night Visitor . ࣪ ִֶָ ⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora