El miedo es una sensación asfixiante que te hace desconfiar de todo, eso es lo que yo estoy sintiendo en este momento, tengo cinco segundos, cinco segundos para decidir la vida de estas personas, sudor frío baja por mi espalda y mis manos no paran de temblar.
Puedo irme a escondidas con mis amigos y dejar a los demás a su suerte o puedo entregarme.
-yo- dije mientras me acercaba, muchas personas se voltearon a verme y otras simplemente estaban demasiado ocupadas intentando revivir a sus familiares fallecidos como para verme. Esas personas si se les puede decir así me sujetaron, mire a mis amigos por unos amargos segundos, pero fui jalada bruscamente hacia un carruaje.
Ya hay sentada pude darme cuenta de algo, de lo estupida que fui al ir a esa fiesta, yo sabia que mi reino estaba en alerta roja por que mi padre no quiso vender las tierras , y aun sabiéndolo fui a conocer al enamorado de mi amiga que resulto ser una víctima mas de mi idiotes.
Yo soy la futura reina, y aun así expuse a mi pueblo a mis amigos al peligro, era mi responsabilidad advertirle a todos que no era un buen momento para fiestas y que se retiraran, me merezco estar aquí, ya que es mi culpa. "Una reina tiene que poner a su gente primero y luego ella, tiene que saber que la cobardía pude ser el peor enemigo si se trata de la corona, debe saber todo esto si quieres algún dia gobernar hija" me había dicho mi padre esa era una de las tantas platicas que teníamos sobre mi futuro y que ahora recuerdo.
El carruaje se paro bruscamente haciendo que me saliera de mis pensamientos y prestara más atención a lo que pasaba, estábamos en la frontera que conducía hacia Locrott, no entendía nada ¿por que estábamos entrando a ese lugar? Pero preferí no decir nada estaba demasiado cansada, así que decidí cerrar mis ojos, solo será por unos segundos.
Estoy tan cansada..
***
Cuando abrí los ojos estaba en una cama, las sabanas de lana me protegían del frío y las suaves cobijas eran un buen refugio, todo fue una pesadilla, pero esos pensamientos se fueron tan rápido como llegaron,al darme cuenta de en donde estaba, las paredes eran blancas y el piso era de madera, habia un pequeño tocador y unos ventanales grandes pero estaban cerrados asi que era imposible salir, habia una puerta que seguro conducía al cuarto de baño.
Pero eso no fue lo que llamo mi atención, no, fue que ese no era mi habitación , no tenia sabanas de lana ya que de donde venia el calor era insoportable aunque en las noches era mas temblado la verdad era que mis sabanas eran muy finas y casi no tenían tela para que no me muriera de calor.
¿En donde estaba? O cierto en Locrott, pero que carajos hacia hay y ¿por que se molestarían en prestarle uno de sus aposentos a mi? Di un pequeño brinco del susto al oír como llamaban a la puerta. No sabia si pararme a abrir a quien sea que quiera a entrar o simplemente esperar a que se rinda y se valla.
-Señorita, mi nombre es Susan y seré su ayudante en estos días, el rey quiere verla.
Una mujer de tercera edad entro en la habitación, tenia un uniforme negro con el logo del reino, con un moño alto, le calculo algunos 57 años, por las arrugas en sus párpados y su rostro cansado.
-¿El rey? ¿Que es lo que necesita y por que estoy aquí?
-No tengo esa información señorita, solo me han dicho que en dentro de una hora queria hablar con usted, pero no me dijo nada mas.
Suspire, y deje que me vistiera y peinara con el pelo suelto pero amarrado con trenzas, y un vestido negro con una abertura en la parte del muslo con un cochar de perlas, a mi parecer eran prendas muy aburridas, me gustan los colores vivos no los neutros, pero ni modo, pasamos por un gran pasillo con paredes blancas y el piso gris.
Habían muchas puertas y estaba tentada a preguntar que avían en ellas, pero en cuanto nos paramos en una gran puerta marrón con dos guardias custodiándola la curiosidad desapareció.
-Necesitamos ver al rey podrían avisarle.
Los guardias no emitieron ninguna palabra solo compartieron una mirada entre si entraron y nos abrieron las puertas, lo raro es que Susan no entro conmigo pero me dio una sonrisa para que me animara a entrar.
Al hacerlo, era una oficina bastante grande, tenia un gran ventanal en donde se podía ver perfectamente la ciudad, un sofá blanco con una mesa de cristal en el centro, y al fondo un escritorio con muchos papeles y sentado un hombre al que pude reconocer al instante, Cardan.
-Tome asiento, hay muchas cosas de que hablar.
Lo hice me senté en la pequeña silla blanca y espere impaciente a que empezara a hablar.
-La razón por la que estás aquí es por que tus padres te vendieron a cambio del tratado de paz, ya que no querían desacérse de sus amadas tierras.
Lo dijo con tanta calma que me irrito, mis padres no sériame capaz de venderme, sabia que eran crueles y que podrían ser bastante egoístas pero ¿venderla? Jamás, yo soy su única heredera al trono, ellos no, no me arian algo así ¿verdad?
-Es mentira, ellos nunca me venderían a alguien como tu.
-Cree lo que quieras querida, pero te estoy diciendo la verdad, por que mas estarías aquí, es mas ellos me dijeron que te diera esto- Me tendió una carta en sus manos, la tome y ignore la sensación de cuanto sus dedos rozaron los míos, no tenia tiempo para sentimientos tontos.
Hija, tal vez estes muy confundía en estos momentos pero tienes que entender cuál es tu posición en todo esto, te vendimos al rey Locrott por que el trato que le quería eran nuestras tierras más fértiles, y todos sabemos QUE SI las damos la comida disminuiría y no puedo permitir que mi pueblo pase hambre, solo te pedimos que te comportes y pienses en tu pueblo en todo momento por que es eso lo que la futura reina debe hacer, poner a los demás primero.
Nosotros no podemos permitir la guerra ya que perderíamos, la boda se alargara al igual que la coronación, no hagas una tontería y haz todo lo que Cardan te pida.
Tus padres..
No me lo podía creer, ellos de verdad me están asiendo esto o solo es una terrible pesadilla, Cardan me tendió algo, era una servilleta, no entendí al principio hasta que me di cuenta de que estaba llorando, la tome y me despedí, tenia que ir a mi habitación esto es horrible, al llegar me tumbe en el suelo y me abrase de mis rodillas, esa era una pocicion que me hacia sentir segura a la hora de llorar ya que podía abrazarme a mi misma.
Llore por tanto tiempo que ni siquiera note cuando me quede dormida...
¿Que pasara ahora que estoy atrapada en el reino enemigo que tanto tiempo me habian dicho que me alejara?
¿Que are ahora que estoy con el hombre mas temible de la historia?
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El reino enemigo
RomansaDos reinos dos herederos y muchas leyes por romper, mi nombre es Brett Mawson y esta es mi historia, estoy a punto de ser coronada como la nueva reina de Marronn, quien iba a pensar que por escaparme una noche con mi mejor amiga me traería tantas co...