Forever and a Day, A Nakama Fanfic (Borrador)

Capítulo 1: El fin y un nuevo comienzo

Despertarse fue lento, de una forma a la que Luffy no estaba acostumbrado, normalmente estaría despierto en un segundo, saltando de donde estuviera durmiendo, gritándole a Sanji, o a Penguin que quería algo de comida y posteriormente podría desayunar no mucho después.

Pero ahora, sentía como si su cuerpo pesara, tanto como cuando descubrió que Ace, su hermano, ya no estaba allí, cuando el otro que le había prometido no abandonarle también le había abandonado. El dolor alrededor de su corazón le decía lo que no quería creer, no podía estar solo. No podía ser que hubiera perdido a todos y cada uno de sus Nakamas.

Al abrir los ojos, no podía ver muy bien, pero podía oler la carne quemada en el aire, un olor que hacía que los recuerdos volvieran parte por parte. Era casi como volver a Marineford, sólo que esta vez sabía que no sólo había perdido a Ace.

Había llegado a Laugh Tale, había llegado a la isla que tanto había deseado alcanzar. Sólo para descubrir que Sakazuki había emitido una Buster Call en un esfuerzo por evitar que la Era Pirata continuara. La forma en que el almirante de la flota lo hizo le valió algunas protestas, que fueron acalladas. El hombre quería poner fin a los Piratas, y a la Nueva Era Pirata, por cualquier medio necesario.

Después de todo, el hombre había ido a por todos los que en algún momento habían estado al lado o detrás de Luffy, su tripulación o sus aliados, dispuesto a matar a todos los que creían más en los piratas que en los marines, todo porque los piratas seguían persiguiendo la libertad y los marines estaban dispuestos a renunciar a ella por cualquier posición de poder que los dragones celestiales estuvieran dispuestos a darles.

Sakazuki era incluso peor en eso, ya que no le importaba si la gente era de la realeza, u otros marines, o piratas de poca monta, todos tenían que irse cuando no se volvían hacia los marines y la justicia definitiva en la que él creía. Su justicia definitiva prevalecería, a costa de tantos otros.

Cuando les llegó la noticia de que Alabasta había sido borrada del mapa como O'hara, por la única razón de que la reina Vivi se negó a escuchar al almirante de la Flota y proclamó que volvería a confiar en los piratas antes de acudir a los marines en busca de ayuda. No cuando habían estado dispuestos a hacer la vista gorda mientras Crocodile andaba suelto por su país hacía tantos años.

Sakazuki se había ofendido por ello, y había demostrado por primera vez que estaba dispuesto a hacer prácticamente cualquier cosa para hacerse con el control del mundo, sin importar quién tuviera que caer para que eso ocurriera. Había demostrado a los demás que éste no era el marine al que querían seguir, sobre todo a Sengoku, Fujitora, Tsuru y Garp, todos ellos ya de por sí nerviosos por lo que Akainu representaba.

Con esto sucediendo, se dieron cuenta de que todo iba aún más cuesta abajo.

Todos se dieron cuenta finalmente de lo que Sakazuki haría para conseguir su visión perfecta, para conseguir su utopía, sin importarle la protesta o la resistencia a la que se enfrentara por ello. Había estado dispuesto a matar a una Reina conectada con el Gobierno Mundial sin otra razón que su apoyo a sus Nakamas en lugar de a la gente que había intentado mantenerla mansa e impotente.

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Nami había estado inconsolable cuando se supo la noticia, sus sollozos atravesaron todos sus corazones, especialmente los de aquellos que también habían conocido y amado a Vivi. Uno de los miembros del equipo de East Blue, o Robin, estuvo con la pelirroja las 24 horas del día, los siete días de la semana, para asegurarse de que su depresión no la llevara a hacer algo que los destrozara a todos.

Al final, Nami no cedió, aunque se la podía encontrar sollozando a todas horas del día, siempre abrazada a alguien cercano, sobre todo Robin o Luffy, que la rodeaban con sus brazos y la dejaban llorar. Le daban palmaditas en la espalda o en la cabeza, sabiendo que no podían hacer nada más que eso.