Capítulo 14: El inicio del viaje de Luffy

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Luffy llevaba años contando las horas para que llegara este día, para poder partir de nuevo y volver a ver a sus Nakamas. Los últimos tres años habían sido los más duros, aunque siguiera teniendo a Makino no era lo mismo que volver a tener a toda su tripulación a su lado.

Tenía muchas ganas de volver a verlos a todos, y de tener la oportunidad de saber que estaban bien. Que todo lo que les había pasado no les había dejado cicatrices. O al menos, no cicatrices peores que las que él llevaba encima.

Antes de abandonar los Piratas Barbablanca, hacía ya tantos años, Marco y Law le habían explicado que era el TEPT y qué podía esperar de él. A veces tenía episodios, aunque eran manejables mientras sus hermanos habían estado cerca.

Law también había sido muy bueno anulando sus efectos, pero como era el mayor y el que necesitaba ir al North Blue para recuperar a su tripulación, había sido el primero en marcharse.

Cuando Ace, Sabo y Deuce partieron, tuvo una pequeña recaída. Ver morir a sus nakamas tenía demasiado efecto en Luffy incluso ahora. En ocasiones, sobre todo cuando sus seres queridos habían resultado heridos, Luffy olvidaba dónde estaba. Volvía a una época en la que estaba completamente solo.

En una ocasión, un grupo de matones de poca monta intentó robar a Makino en su bar. En el acto, Makino se había lastimado lo suficiente como para desmayarse. Luffy, que había entrado en el bar después de que ocurriera todo aquello, había enloquecido.

A pesar de ser sólo un adolescente, se había encargado del equipo de matones. Los había dejado inconscientes antes de extender una mano hacia Makino, con la extremidad temblando hasta asegurarse de que estaba bien. De que realmente podía sentir un pulso latiendo allí, de que esto no era lo mismo que lo que había pasado antes.

Los matones no volvieron, pero eso planteaba un problema. Uno del que hablaron una vez que Luffy se calmó. Cosas como esta habían ocurrido antes. La primera parte de su viaje no había transcurrido sin problemas. De hecho, se había derramado mucha sangre, lo que podría volver a ocurrir. Casi no había forma de evitar que eso sucediera.

Makino había cogido a Luffy por los hombros mientras le miraba: "Tienes que superar esto ¿Que harás si algo te ocurre antes de que tus Nakama puedan verte? ¿Si no recuerdan quién eres, si estás solo durante esa parte del viaje?".

Luffy había respirado hondo, antes de que una lágrima se abriera paso por su mejilla.

"No lo sé, Makino-nee, no sé qué haré entonces".

Makino le había cogido en brazos, le había abrazado y le había dicho que tenía que encontrar algo en lo que concentrarse. Para salir de un episodio, para saber que aquello era su imaginación. Sus Nakamas serían más que capaces de protegerse, sobre todo cuando recuperaran la memoria.

A Luffy se le llenaron las mejillas de lágrimas todo el tiempo, recordando una ocasión en la que Jimbei tuvo que recordarle algo parecido. Que no importaban los adversarios, él tenía algo más por lo que luchar. Tenía algo más por lo que vivir, y lo aprovecharía al máximo sin remordimientos.

"Pensaré en algo".

Makino había asentido con la cabeza, abrazándolo de nuevo, antes de levantar la vista cuando la puerta de su bar volvió a abrirse para mostrar a Dadan allí de pie. La líder de los bandidos había echado un vistazo a la gente que había dentro del bar antes de mirar a su joven pupilo.

"Les has dado una buena lección, mequetrefe".

Luffy había sonreído a la mujer: "¡Ya lo sabes, bruja!".

Forever and a Day, A Nakama Fanfic (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora