Pasaron los días y la guerra se hizo extensa, sin querer retroceder, segados por el engaño, la furia desatada a causa de ello, hizo que el reino Shein buscara ayuda de más hombres, asi acudiendo a mercenarios y la guerra se extendia, cubriendo torritorio enemigo, la primera batalla fue ganada y continuaron invadiendo, arrinconandolos a retroceder, el escuadron Naval fueron vencedores esta vez pero perdieron a muchos de ellos quedando solo 300 cadetes, más su capitán y eran tan pocos buques de guerra a diferencia de las 200 flotas marinas de Liones y los 500 cadetes de Shein, más 50 mercenarios en la flota.
Los escoltas de la santa habian resultado heridos de gravedad y terminarion falleciendo.
Ahora debian dos cadetes exclusivamente protegerla dejandolos con dos hombres menos para la batalla.
Aún asi mantuvieron el ritmo de la batalla, evitando que se acercaran más, resguardando una gran distancia entre el mar y la tierra, el puerto se encontraba lejos y no podrían ingresar al imperio por el momento, pero si seguian manteniendose asi, corrian el riesgo de perder a mas hombres y la segunda batalla.
La guardia marina se quedo a cuidar el Imperio, evitando llevarse a todos los hombres por si querian atacarlos de alguna forma en tierra.
—Barcode querido, ¿aún no duermes?.
Se acerco la emperatriz a él interrumpiendolo en su oración y Barcode volteo a verla, con unas oscuras y profundas ojeras debajo de sus ojos.
—no puedo dormir, lo siento por preocuparla madre.
—esta bien cariño, se comprende pero debes cuidarte, dormir más.
—me siento fatigado, estoy muy cansado y con muchos mareos, aún si lo intento no puedo conciliar el sueño.
—comprendo, pero debes descansar, es por la preocupación y estrés, ven te preparare un té de hierbas.
Barcode estaba sumamente ansioso, todos los días rezaba desde la mañana al anochecer, estando en el altar de la diosa lunar que tenían en el palacio Almendra donde solo se encontraban algunas sirvientas que cuidaban del sitio, nadie poseía esos aposentos, así que con facilidad entraba y salía.
Fue algo inesperado pero un día un cadete llego en caballo y entrego un mensaje, asi recibieron la noticia mas trágica que resultaría afectando no solo al pueblo, la emperatriz y el emperador, sino que al mismísimo Barcode.
—se hundió y no se encuentran los cuerpos, aún hay esperanzas de que estén vivos, pero las tropas estan retrocediendo, ellos llamaron a myticas.
Barcode arrojo la bandeja que llevaba para servir el té con esa excusa lograria escuchar sobre las noticias pero no esperaba recibir tal espantosa noticia y el Emperador suspiro pidiendo que cerraran la puerta, se debia mantener todo con discreción.
—¿comó es posible?, ¿por que las myticas?— barcode sabia la historia de las hijas del agua, sirenas llamadas Myticas, unas criaturas bestiales, poderosas que asesinaban a su antojo en el mar e incluso algunos de mayor rango lograban luchar sobre tierra.
—Jeff, él esta vivo ¿cierto?— pregunto desesperado y el cadete se retiro mientras el emperador lo abrazo brindandole consuelo.
—claro que lo esta, mi hijo es mi escudo y espada, él no se quebraria tan facilmente.
Barcode lo escucho pero una rabia interna surgío en él, siempre eran los sacificios por ser principes, a él lo arrojaron haciendolo a un lado y a Jeff lo enviaron a la muerte.
—¿espada?, ¿escudo?, ¿y quien lo protege a él?— lo miro con resentimiento alejandolo y enfrentandose al emperador, el hombre con asombro observo mientras se deleitaba con la mirada de un niño salvaje, aquel que siempre se mostro calmado, el buen niño que obedientemente siempre hacia caso a sus consejos, ahora estaba mirándolo con tanta rabia, desprecio y si esos ojos fueran cuchillas ya lo hubieran cortado, pero aunque esa postura llegará a ser insolente, el emperador sonrío al ver cuanto amor recibía su hijo, que tanto amor podría sentir Barcode como para desafiarlo asi.
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EL PRINCIPE
Fanficera un principe pero no era el mas importante conciderado aptó para heredar el trono ni tampoco era el menos favorecido conciderado el principe inutil. siempre fue opacado por la elegancía e inteligencía de su hermano mayor el principe Apo, más no r...