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2 SEMANAS ANTES DE LA FIESTA

DAZAI pov:

En el alba, cuando los primeros rayos de sol asomaban a la ciudad, resplandecieron directamente sobre el rostro de un Dazai dormido, pero no por mucho. La luz era tan molesta que terminó por despertarlo.

Abrió los ojos lentamente, parpadeando una y otra vez debido a la incomodidad que la luz del sol le generaba. No por podía entender cómo es que lograba brillar tanto a esa hora, ya no debía de ser muy temprano entonces.

No recordaba qué día de la semana era, ¿viernes quizás? Si sus cálculos no le fallaban, así era. Entonces debería estar en la escuela, bueno, aunque se preparara en cinco minutos de todas formas dudaba que lo dejaran entrar, ya tenía muchos reportes por llegar tarde, además, se sentía horrible, la cruda por las bebidas de la noche anterior lo dejaron casi muerto.

Adormilado como estaba, decidió seguir durmiendo un poco más. Se dio la vuelta sobre la cama para evitar que la luz lo continuara encandilando, o por lo menos eso intentó, hasta que la extraña incomodidad de algo duro y deforme en su espalda lo hizo percatarse de que no estaba acostado en su cama precisamente. Dazai abrió los ojos de golpe asombrado por la textura de lo que había debajo de él y fue entonces que se dio cuenta de que en realidad estaba acostado en el tejado.

Dazai se apresuró a sentarse con el corazón latiendo con increíble velocidad. El día estaba aclarando y él ahí afuera, recostado como si nada. No sabía cuánto tiempo permaneció durmiendo allí, pero debió de ser bastante rato porque le dolía toda la espina dorsal y la cabeza como si lo hubieran golpeado con un bate. No siquiera recordaba haber llegado a casa después de irse a beber con Odasaku y Ango.

En general, no recordaba muchas cosas.

Su respiración iba a toda velocidad en lo que trataba de conectar todos sus pensamientos, recuerdos y sentidos, y volver a la realidad. No se podía imaginar lo que le podría haber ocurrido de haber rodado por el tejado hasta el césped del patio. ¿Habría muerto?

Se puso de pie y se apresuró a adentrarse a su habitación por la ventana que dejó abierta durante, probablemente, toda la noche. Aún mareado, se dejó caer en el suelo, junto a su cama. Le dolía todo el cuerpo y tenía un dolor de cabeza espantoso que ya no sabía distinguir si se debía por haber dormido afuera o por la cruda.

Se quedó allí tirado por un largo rato hasta que se sintió más tranquilo. Qué alivio le daba que no su padre no lo encontró dormido donde estuvo sino lo habría apaleado, eso seguro. Dos malestares ya eran bastante, para qué quería más.

Con todas esas dolencias se sentía irremediablemente arrepentido de haber bebido hasta caer inconsciente, porque, al parecer, eso fue lo que sucedió. Para empezar ¿por qué había bebido? Hizo un enrome esfuerzo por recordar si hubo una razón o solo se le dio la gana emborracharse como si se tratara de agua.

—Mmmh... ¿Por qué bebí anoche? No fue una fiesta, solo bebimos nosotros tres, ¿mi padre me hizo algo? No, en ese caso me dolería el cuerpo, bueno, me dolería aún más el cuerpo. Quizá fue la tonta de Yuan, siempre dice tonterías hirientes, no entiendo como una niña tan pequeña puede tener un corazón tan cruel, si no fuera por Chuuya... —Se detuvo ahí, pensó por varios segundos hasta que el nombre del chico salió de sus labios de nuevo—. ¿Chuuya?

Todo engranó su mente. Ese había sido el motivo de su cruda. Un chico lindo llamado Chuuya que había ocupado todo el espacio de sus pensamientos desde que lo había conocido y que no había logrado sacar, y a quien trató injustamente la última vez que lo vio.

—¿Cuándo fue la última vez que lo vi? Ah pues si apenas fue ayer que lo vi por última vez —Dazai estaba un poco perdido, y poco a poco recordó cómo el día anterior lo había tomado tan fácil como a una muñeca de trapo y le gritó con vehemencia que dejara de mirarlo, pareciese que fue hace siglos.

RED GRAPHITE // SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora