Capitulo 14 - Me perdiste

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La segunda visita matrimonial, con más de una se podría concretar fácilmente para comenzar los preparativos de la boda.

Caden subió las escaleras de costumbre, deseaba qué este día siempre llegara, quería conocer aún más a la mujer de su vida pero la vibra de la residencia se sentía diferente.

Cuando llegó a la sala principal de invitados pudo notar a su pequeña mujer arrinconada y alfrente de ella liderando su tía Serina.

"Bienvenido Capitán Dumont"

El sonido del ácido en la boca de aquella señora podía ser diferenciado, los enemigos podían tener un tono de voz particular a la hora de escupir.

"Su madre es gentil capitán"

Caden no respondió a sus pesadas palabras, tenía sos ojos puestos en Josephie, su cuerpo temblaba, sus párpados dorados caían en tristeza y sus manos se encontraban ocultas.

"Que vergüenza tener una familia como la suya"

La frase que menciono dejo un vacío inquietante, tanto que no tuvo ninguna gracia pero se podía sentir las intenciones.

"Dígale a su madre que mi sobrina no es una puta"

El papel fue arrojado al piso para que Caden lo rejuntara como un perro pero el no se movió de su lugar, desde tan corta distancia leyó el contenido y el enojo lo envolvió como el fuego de una fogata.

"Lamento esta situación no va..."

"Creame que no pasará de nuevo"

La amenaza estaba asegurada, la situación se torno a una muy mala, lo único que quería era pedirle disculpas a la chica que seguro su propia madre trató mal pero no podía.

"Gracias por la invitación"

Con su cuerpo grande dio una vuelta llendo de nuevo a la puerta de salida para confrontar ahora a la mujer que había dañado la poca conexión que tenía con la tía de su prometida.

Pero un jalón en su espalda lo puso alerta, miro despreocupado y finalmente su pecho se inundó de caricias tiernas consumidas por el enojo.

Josephie tenía ojos angustiantes, no deseaba terminar el matrimonio pero ahora en definitiva todo estaba en duda.

Le puso el papel en la mano gruesa de Caden y luego dirigió su pequeño cuerpo para escribir una nota.

Lo hizo antes de que su tía pudiera ver que no se escapó a su habitación.

Caden miro la nota confundido pero es un hombre inteligente de inmediato entendió que todo lo que estaba apuntado debía ser comprado para que su tía se contentara con los regalos.

"Lo siento"

No era bueno con las palabras pero su mano se escondió por el cuello de Josephie, el tacto hizo crecer el calor entre los dos y un pensamiento de querer más llego a su mente.

Presionó más su cuello y lo atrajo hacia él, podía ver que su pequeño cuerpo erizado por aquel momento, se inclino metiendo su cabeza en un hueco y con su nariz aspiro cada gota del perfume de Josephie.

Sintió que dejó de estar tensa, su fuerza se desvaneció como una muñeca de trapo sus manos estuvieron apunto de capturar cada parte de ella pero decidió no hacerlo antes de volverse loco por su aroma.

Dios sabe como ese hombre está reprimiendo todos sus deseos para no asustarla, marcarla en deseo y sujetarla por cada parte dejando rastros.

Respiro una vez más, por condiciones en la parte de abajo de su pantalón no pudo aguantar más  y dejó pequeños besos en el hueco de su cuello. Deseaba con su mano tocar desde su espalda y bajar y bajar....

La soltó finalmente respirando doloroso, colocando una mano en su cintura esperando que al contar números pudiera bajar su parte entumecida pero al ver a Josephie contra la pared agitada, sosteniendo su mano en sus grandes pechos y con aquellos ojos cobre nublados.

Sólo pudo salir de la residencia azotando la puerta, caminando rápido hasta llegar a su coche y pedirle al chófer que fuera a su hogar.

Si Caden se quedaba un segundo más al lado de Josephie los minutos contarían para que su bestia hambrienta la consumiera.

Los pasos sonaban rápidos y fuertes hasta que finalmente se posaron delante de la puerta de madera con dos guardias adelante no permitiendo entrar a nadie.

"Disculpe joven Dumont, la señora no permitirá que nadie entre"

"¿Seguro de lo que dices?"

"No es nada personal"

"Te derribó a ti y a esa puerta en 1 minuto ¿que piensas de eso?"

Los guardias temierom ante las duras amenazas de Caden y es que sabía que si lo dejaban entrar ellos tendrían que ir al hospital.

Mujeres seleccionando telas de colores, un hombre sin cabello con una bufanda y pantalones apretados hablaba con Evelina.

"Explicame esto"

Caden con su mano golpeó la mesa y debajo se encontraba la nota pequeña qué recibía la información del dinero.

"No es un buen momento, cielo"

Su madre Evelina lo ignoro mientras seguía proyectando su mirada sobre el maniquí qué llevaba un vestido bastante precioso.

Caden saco su arma, disparo hacia arriba, haciendo gritar a las mujeres y que todos corrieran asustados fuera de la habitación.

Su madre lo miro impotente, coloco los dos puños sobre la mesa, lo que había hecho fue demasiado maleducado.

"¿Ahora si tienes tiempo?"

Caden guardo la pistola dentro de uno de sus bolsillos volvió a señalar con su mano el papel que reconoció muy bien por la letra perfecta por su madre.

"Lo hice por tu bien"

"Mi bien... Estas equivocada, lo arruinaste"

"No necesito que me entiendas ahora"

"Lo único que debías hacer era conocerla y ni eso hiciste"

"Eres un comandante hijo"

"No me llames hijo, la madre que conozco no eres tu"

"No es fuerte esa niña es débil"

"¿Como lo sabes?"

"Se arreglo en un espejo..."

Caden no podia soportar más el nudo que crecía en su estómago y grito.

"¡Se arreglo para ti! Por que ella desea ser de la familia y quien sea que la dañe primero pasa sobre mi"

El cuarto de repente de quedo en silencio y una brisa suave llena de frío cruzo por la puerta.

"Tu de verdad la amas..."

"Te lo he tratado de decir desde lo comienzo"

"¿Porque?"

"No te voy a pedir que la quieras, solo respeta mi decisión"

"Responde mi pregunta"

"¡Por todos los cielos! Esa mujer que trataste como una puta me salvo la vida madre"

"No tenía idea"

"Nunca la tienes y es por eso que me perdiste"

Caden bajo la cabeza y puso su mano sobre su frente caminando despacio dejando a su madre sentada sobre la silla de oficina mirando triste la ventana.

MI ESPOSO EL CAPITÁN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora