Era invierno y la nieve se sentía como pequeñas agujas que se clavan en la piel. Esto solo empeoraba cuando te encuentras volando a través de esta.
Khalizy llamo la atención de su abuelo que actualmente se encontraba a unos metros sobre ella, volando en el Avis marrón de su difunda abuela.
Una vez que se dio cuenta de que tenía su atención, utilizo la lengua de señas para preguntar cuanto faltaba.Era normal comunicarse de ese modo, pues el viento hacia imposible escuchar algo a parte de sus criaturas aladas.
Su abuelo Karlen apunto hacia abajo. Ella lo siguió con la mirada; notando entre la blanca nieve que caía, un grupo numeroso de personas tratando de pasar por esta.
— No están muy lejos de Niravis —. Murmuró para si misma mientras indicaba a su Avis de bajar junto la de su abuelo y padre, quien acompañaba al grupo a unos metros.
Una vez en el suelo blanco, ella pudo apreciar mejor a los enanos que se habían comunicado con su abuelo. Había tren en la cabecera, todos con melenas y barba cubiertos de nieve. Notando como detrás de uno había un niño casi escondido detrás del más ¿joven?
A estas alturas le dificultaba saber las edades, los muchachos que ella conocía les crecía barba casi a su adultez, pero el joven y el niño tenían algo de bello facial en sus rostros.
Para su vergüenza se dio cuenta que estaba viendo mucho más de lo que sé puede considerar apropiado. Notando como el mayor se puso adelante de los más jóvenes, casi a modo de un "escudo" improvisado.
— ¡Ha, Thrain! —. Saludo su abuelo alegre cuando desmonto al Avis. Caminando hacia el enano mas viejo— Cuanto tiempo, su majestad!
El enano, Thrain, le responde con una sonrisa a su abuelo.— ¡Cuánto tiempo, cabeza roja!
El entusiasmo de dos amigos que no se veían hace años, se podía sentir en todos los precedentes.
Aunque el aire de desconfianza no desapareció para quienes no se conocían.
Khalizy miro a su padre Krack, él recién estaba tocando el suelo y le daba una leve indicación a su bestia alada de quedarse en su lugar. Cuando noto la mirada de su hija le hizo un leve gesto para que los acompañen.
Con la seguridad de que su padre estaba a unos pasos de ella. Se desmonto de Viricion y bajo rápidamente hasta el suelo nevado, sintiendo un leve dolor en sus rodillas por la rápida caída y el frío que tenso todos sus músculos.
— Tenes que dejar de bajar así —. Habló su padre cuando ella se unió a él— Te vas a quebrar una pierna.
— Pero no me pasó aún —. Ella respondió con una sonrisa hacia su padre.
— Aún, y esperemos que eso no pase —murmuró mientras caminaban hacia donde estaba su abuelo— Tu madre me mataría.
Ella asintió con una leve sonrisa, pero sabía que no solo mataría a su padre; sino también a ella, por estúpida.
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Mi Pelirroja -Thorin Oakenshield -
RomanceAntes de la historia tan conocida, de aventuras que permitirá recuperar una montaña repleta de oro, de las horripilantes garras de un dragón. Una historia, casi tranquila, se desarrollo varios años antes, en la cual un pequeño pueblo le dio la mano...