Antes de la historia tan conocida, de aventuras que permitirá recuperar una montaña repleta de oro, de las horripilantes garras de un dragón.
Una historia, casi tranquila, se desarrollo varios años antes, en la cual un pequeño pueblo le dio la mano...
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A pesar de que ella salió a caminar a una hora donde el sol ni siquiera iluminada el cielo, Niravis era un pueblo tranquilo y seguro gracias a sus Avis.
Por lo tanto, Khalizy no se preocupo mucho cuando salió de su casa en busca del Aloe vera.
Era un viaje tranquilo y rápido, así que no sería necesario despertar a Viricion para volar hacia la zona. Sin contar que el Avis se ponía de mal humor cuando era despertaba en la madrugada. Significaba más probabilidad de tener un viaje horrible, peor que en una tormenta.
Caminando por los senderos, el ruido de los grillos y algún que otro insecto la acompañaba. Las casas estaban todas oscuras y algunos Avis volaban sobre ella sin perturbar lo que sucedía en el suelo.
Ella apretó su capa contra su cuerpo cuando una leve brisa golpeó contra ella. Lo cual era de esperar, las noches eran frescas por más que no estaban en invierno, un gran contraste con los cálidos días.
Pero era algo de acostumbrarse.
Una pequeña sonrisa apareció en su rostro cuando llegó a la planta. Había una gran cantidad y era más que suficiente para el ungüento que necesitaba.
Camino hacia esta y la comenzó a examinar, procurando agarrar una porción que no estuviera negra o demasiado arrugado.
Del mismo modo tuvo mucho cuidado de no clavarse las espinas, eran grandes y muchos se las habían clavado.
Una vez le dio el visto bueno, de su canasta, en el suelo tomó la navaja y empezó a cortar los extremos de la planta. Debido al estado de su daga debió frotar varias veces su filo contra la planta para finalmente obtener algunos pedazos de los cuales obtendría el líquido viscoso.
Estaba tan concentrada en su trabajo que no noto los pasos cerca de ella, los cuales se detuvieron a una distancia segura pero lo suficiente para ver que hacia la pelirroja.
— ¿No es muy tarde para salir a buscar plantas?
La voz fue gruesa y firme, destrozando el silencio que rodeada a la chica. Lo cual provoco que deje caer por un segundo la daga del susto.
¿Cómo pudo haber estado tan concentrada que ni siquiera pudo escuchar los pasos?
Khalizy se giro rápidamente, notando a la distancia gracias a la luz de la luna, una persona encapuchada.
No podía ver las facciones del hombre pero si noto una espada sostenida en su mano. Esto encendió todas las alarmas de la joven.
Pues estaba desprotegida, sin arma o Avis que la ayude.
La figura se acercaba a ella a paso firme. Solo aumento el pánico de la joven, quien como última medida tomó la daga y la empuño a modo de defensa. Si la tenía que usar para asegurar su bien estar, lo haría.
Contuvo la respiración cuando la persona se detuvo en seco al ver lo que sostenía, lista para el ataque... o huir, ella aún no sabía.
— Estas agarrando mal la daga. Si estuvieras en una pelea real, te desarmarían fácilmente. Sin contar que esta sin filo.