Antes de la historia tan conocida, de aventuras que permitirá recuperar una montaña repleta de oro, de las horripilantes garras de un dragón.
Una historia, casi tranquila, se desarrollo varios años antes, en la cual un pequeño pueblo le dio la mano...
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Las bodas tradicionales se podían festejar de varias maneras en Neravis. La primara y la más ostentosa, significaba invitar, no sólo a los familiares de los novios, sino también a todo el pueblo que decidiera ir. Normalmente este era realizada para presumir la capacidad económica de los recién casados o sus familias, demostrando que podrían alimentar a quienes quisieran. Luego estaban las bodas que todos elegían hacer en su mayoría. Esta consistía en invitar a amigos y familiares de los novios a una de las casas de la familia; hacer una pequeña cena y leve fiesta. Por último estaba la más reservada, donde sólo los novios estaban presentes, acompañados de algún anciano que vendiciera la unión. Esta normalmente era recerbada para quienes iban en contra de los deseos de su familia.
Para sorpresa de muchos, todo el pueblo fue invitados a la celebración de una boda. Quienes eran los novios, Khalizy no lo sabía, solo sabía que estaban invitados sus padres y que Thorin y Dis estarían ahí.
Habían optado por viajar con sus Avis, por lo tanto tuvieron que parar para cambiar sus ropas de montura en la casa de los padres de la novia.
Una vez que lucia un vestido lila, se separo de sus padres con una simple y rápida charla.
— ¡Nos vemos luego! —ella había empezado a irse cuando escucho la voz de su madre.
— ¿Vas a buscar a alguien? —había preguntado con una ceja levantada. Su padre al lado de Evaly solo había fruncido las cejas.
— Si —ella respondió sin dudar. Sabía que mentirle a sus padre no serviría de mucho. Sin contar que ellos habían visto en varios momentos como Thorin la acompañaba a su casa.
Esto se daba cuando se encontraban de casualidad en el pueblo. Claramente no era que ella estaba cerca de la herrería de su abuelo en busca de nadie, claro que no.
Evaly suspiro levemente con una pequeña sonrisa.— Cuídate y no hagas nada de lo que te arrepientas.
Esto hizo que ella se detenga en seco.— ¡Mamá por dios! No vamos a hacer nada.
Krack solo soltó una risa ante las palabras de su hija. Fue el rápido golpe de su esposa lo que hizo que se silenciara pero sin borrar la sonrisa.— Es mejor prevenir que asesinar —explicó su madre.
— Asesinar?
— Yo lo voy a asesinar heredero de un reino o no —habló tranquilo el hombre.
Khalizy simplemente les dio una última mirada antes de darse medía vuelta y meterse entre la gente
(...)
Había pasado una hora y no había visto a nadie conoció o al menos alguien con quien hablar. Se había topado con algunos compañeros de su infancia pero no se quedó para hablar, optando por simplemente esquivar lo mejor que podía a cada uno. Lo cual eso no funcionó muy bien pues en unos segundos se quedó encerrada en un grupo de personas que recordaba haber visto cuando era una niña.
