Los últimos diez días luego de que Rhaenyra se esfumara de Desembarco del rey las cosas se tornaron mucho peor para Helaena y todos sus hermanos, Daeron fue enviado a pentos al cuidado de Gwayne Hightower como se había hecho desde su nacimiento y Aemond apenas se permitía estar en el castillo soportando la presencia de Garmund Hightower como un martirio, Aegon se la había pasado bebiendo todos los días y pese a que Lady Esselyn ahora estaba presente la mayor parte del tiempo, Aegon no le prestaba la mínima atención, mucho menos a quien decía era su hijo. Helaena la había observado lo suficiente como para darse cuenta de que no era alguien de fiar, además de que Aegon le había contado todo lo que había sucedido la noche antes de que Rhaenyra se marchara y eso parecía más una estrategia que una decisión de su hermano en general, ellos habían escrito muchas veces a Rocadragón pero no había respuesta nunca y aunque estaba la posibilidad de que las cartas no llegaran, parecían acontecimientos bien alineados perfectos para el sabotaje, era solo a Caraxes el enorme dragón rojo de Daemon que regularmente se veía rondar por la fortaleza roja llegando a visitar a su hermano y a traer noticias, pero jamás se quedaba lo suficiente como para preguntar por Rhaenyra o siquiera desear un buen viaje.
Los planes de su unión con Garmund Hightower se adelantaron más de lo previsto y aunque ella en el fondo deseaba salir corriendo conocía el castigo que le sería otorgado por su madre si se atrevía a hacer tal cosa, incluso estaba Aemond de intermediario, su sufrimiento no era algo que quisiera propiciar Helaena por eso necesitaba mantener su distancia y aunque dolía bastante lo había logrado, Aemond ahora apenas la miraba o le regalaba una sonrisa e incluso lo había escuchado hacer planes acerca de pedirle un estadio a Rhaenyra en Rocadragón; cosa con la que nadie excepto Alicent estaba en desacuerdo.
—Luce exquisita princesa —dijo su dama de compañía más joven; Dyana era su nombre.
Helaena se miró al espejo, en su cuerpo había un vestido blanco de seda con encaje dorado y detalles verdes representativos de la casa Hightower, su cabello estaba amarrado con una cinta y en su cuello había cadenas que sostenían una capa con dos botones de oro que tenían el símbolo de ambas casas, la princesa cerró los ojos ante su reflejo y se giró para que las cosas le fueran quitadas de encima casi de inmediato.
—Todo esta listo para mañana —dijo la reina Alicent cruzada de brazos frente a su niña, mientras acariciaba su rostro. —Será una buena celebración y la consumación luego de esa ceremonia es sumamente importante.
Helaena sintió como su cuerpo se congelaba ante los nervios. Garmund Hightower era mayor que ella por más de diez años quizá, su aspecto era de un hombre descuidado y su aliento siempre apestaba a vino de riña, uno de los más amargos, su toque era áspero y cuando hablaba escupía las palabras con dificultad, la princesa no pudo evitar sentir pánico ante tal escena y soltó un suspiro de agobio esperando que su madre no se preocupaba o hiciera ideas ajenas en la cabeza.
—Debes entender que los hombres aprecian ser el primero en consumar con la esposa que se les asigna —dijo la reina. —Tienes que hacer todo lo que el te pida esa noche, aún si no lo deseas es tu esposo y debes obedecerle, luego podrás bañarte y todo será como si nada hubiese pasado.
ESTÁS LEYENDO
sueño de poniente | rhaegon
FanfictionEl año más próspero para los Targaryen fue en el 131 d.c en los cielos había dragones, en la tierra celebraciones.