El efecto de la luna
PARTE II
Baekhyun
La luna estuvo rodeada de un brillante aro rojizo durante mucho tiempo. Era como si en el cielo, en lugar de un astro hubiese un gran espejo que reflejaba lo que pasaba en Selene. Después de tanta sangre derramada en la tierra, el cielo solo podía lucir escarlata.
Kyungsoo y sus maestras nunca estuvieron más atareados que por aquellos días. Voltearas a cualquier parte siempre había una herida que suturar, unas vendas que cambiar, sueros que canalizar... Fue eso lo que me hizo levantarme de la cama; al fin y al cabo, cada vez que cerraba los ojos llegaba a mí el inquietante llanto de los heridos impidiéndome reposar.
Al principio Kyungsoo insistió en que descansara, había perdido a mi pareja destinada y yo estaba débil, deprimido, pero después aceptó que lo mejor era ocuparme. Además, cuidar de Taeyong suponía demasiado trabajo, el vampiro no permitía que nadie se le acercara y con su detrimento también Jaehyun era afectado. Ambos estaban en habitaciones contiguas y solían tener picos de agonía al mismo tiempo. Era muy complicado para los médicos: no alcanzaban las manos para atender a tanta gente, en especial a ellos quienes hacían sus crisis en dupla. Eso implicaba que no podían concentrarse en salvar a Jaehyun, tal como lo deseaban. Aceptar mi ayuda era lo más sensato. Yo cambié sus vendas, yo lo alimenté, yo lo mantuve limpio y acaricié su cabello cuando él sentía dolor. Yo besé su frente fría incluso cuando mis piernas parecían demasiado débiles para sostenerme a mí mismo. Ya antes había estado deprimido muchas veces, pero nunca de esta forma, como si me hubiesen sacado mis órganos internos, me sentía inexplicablemente vacío, pero continuaba existiendo y no podía pretender más de la vida cuando a mi alrededor había tanto sufrimiento.
Kyungsoo consideró -para desagrado de todos, especialmente de la familia de Jaehyun- que el joven cazador mostraba mayores signos de mejora en tanto más cerca estaba de Taeyong. Al principio lo cambiábamos de habitación por la noche cuando menos ojos vigilaban, eso hacía que las mañanas fueran más calmadas para Jaehyun pese a que la vitalidad que retomaba Taeyong lo volvía un incordio, quejándose siempre de todo. Paulatinamente tuvieron que ir aceptando: el lobo y el vampiro habían tejido sus destinos con un hilo irrompible. Tal como yo aceptaba que el hilo que me unía a Chanyeol estaba roto. No fue fácil para nadie. Mi dolor no era el protagonista, así que debía aprovechar cada insomnio y ser útil, ya sea acomodando una almohada o alcanzando un vaso con agua o...
...cargando a un bebé.
El hijo de Chanyeol e Irene fue concebido como un deseo de hacer llegar la paz para todos y sin embargo, vino al mundo de la forma más violenta posible. Los primeros dos meses estuvo en un tratamiento especial, metido en una caja de vidrio lleno de agujas por todas partes y con una manguera bajando a través de su tráquea para ayudarlo a respirar. No había comida, solo una vena conectada al suero. No había una voz que lo acunara, solo el lamento de los otros pacientes que por las noches viajaba con el viento por cada resquicio del hospital de lobos. No había tampoco brazos que lo acunaran, todos estaban demasiado ocupados. No había mamá: Joy estaba a cargo del cuidado de Irene (que se debatía entre la vida y la muerte). Y de poner orden al caos en el que se sumió Selene. La pobrecilla apenas y podía comer, se le notaba delgada y ojerosa. Ni siquiera tenía tiempo para llorar a su hermano, a su protector. Era mejor para ella no encariñarse más con un bebé que podría morir en cualquier momento. Ni siquiera es necesario aclarar que tampoco había para ese bebé la cuna de los brazos paternos... su padre era una ausencia, una leyenda.
Lo conocí tres meses después de todo el incidente, cuando Taeyong y Jaehyun estaban lo suficientemente estables como para no necesitar de vigilancia constante. Irene había empezado a comer sola, aunque apenas podía moverse. Y Selene bajaba del parque central la bandera de luto que Joy mandó a izar. Honestamente creí que el pequeño había fallecido y que por eso nadie hablaba nunca de él hasta que un día entré a la habitación en donde Kyungsoo preparaba una mamila con fórmula. Le pregunté para quién era. «Para el niño. Intentaré que empiece a beber», me contestó. El niño... ni siquiera tenía nombre.
Me asomé a su cuna y me sorprendió lo pequeño que era, muy parecido a Irene. Tenía ojos oscuros que observaban todo alrededor con suma cautela, pero no hacía ruido, apenas se movía. Había aprendido a no llorar. No tenía caso cuando no existían atenciones que recompensaran sus arrebatos naturales. Él solo esperaba que el reloj marcara las horas donde debía ser atendido. Pacientemente... solitariamente.
El día que lo cargué por primera vez lloré yo por él. Tal vez así aprendería a demostrar sus emociones: siendo capaz de sentir las mías.
Irene se recuperó lo suficiente, tendría que tomar medicamento siempre, no podría volver a embarazarse y en las noches de luna llena su herida dolería sin remedio. Pero fue capaz de sostener a su hijo en brazos y después de algunos días, ella y Joy, al fin, lo llevaron a casa.
Taeyong y Jaehyun también se fueron juntos a casa, pese a que ofrecí dejar al vampiro conmigo, aquello no parecía una opción que ayudara al equilibro entre ellos.
Kyungsoo y Jongin tomaron una semana de vacaciones estrictas ya que coincidía con el celo de mi amigo. Pese a los esfuerzos de mi amigo, su esposo perdió uno de sus ojos, pero Jongin era un lobo fuerte y andaba por ahí como si nada. De Luhan y Sehun no tuvimos noticias en un buen tiempo. Todas las noches pedía a la luna por ellos, pero sabía que estaban bien. Yo mismo viví bajo el cuidado de Sehun durante una temporada. Sabía que Lu también estaba sanando de sus periodos de calor patológicos, solo que lo hacía muy lejos de mí porque a él yo no podía ayudarlo.
Poco a poco todos se recuperaron y marcharon. Yo volví a la casa donde vivía con Chanyeol. Me recibieron las empleadas, aliviadas de que estuviera vivo. Pero el lugar era demasiado grande, el cuarto demasiado frío, los pasillos demasiado silenciosos sin sus pesadas y malhumorados pasos sobre la madera pulida. No había con quien tener un desacuerdo. Chanyeol estaba muerto. ¿Está bien llamarlo así? Lo vi convertirse en un lobo legendario y partir a la montaña en búsqueda de su libertad. Lejos de toda norma social, incluso lejos de mí. Ya no estaba obligado a cuidar de nadie en detrimento de su propio espíritu. Ya no necesitaba ser menos él y ahogarse en medio de todas las emociones reprimidas que podía contener su corazón tan grande. Entonces lo comprendí...
...Yo también era libre.
¡ARRANCAMOS! *suena no estaba muerta andaba de parranda* Déjenme por acá cualquier duda o sugerencia. Saludos, manada gay c:
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El efecto de la luna [Fanfiction EXO/NCT]
FanfictionBaekhyun recibirá en su pueblo a un amigo extranjero con quien tuvo un pasado que prefiere esconder... sin embargo, esta repentina visita pondrá todo de cabeza ya que los secretos de un pueblo mágico quedarán al descubierto bajo los efectos de la lu...