Irene
Durante los períodos de luna llena la herida en mi vientre se quejaba hasta hacerme rabiar. Por la mañana el ciclo terminaba, me duchaba con agua fría y me acostaba desnuda en la cama, ya con las sábanas limpias. Joy frotaba delicadamente ungüento en mi cicatriz y sentía mi piel fresca. Me quedaría ahí todo el maldito día, pero... El reloj sonaba. Era la alarma indicándome que debía alimentar a mi cachorro.
Creía que no existía nada capaz de traumarme más que la muerte de mi hermana, pero quién lo hubiera pensado: la vida puede llegar con huellas violentas también. A los catorce meses del nacimiento de mi hijo, él solía esperarme sentado en su cuna junto a sus juguetes. Se alegraba al verme, lo sabía por la forma en que me sonreía, pero todavía no lloraba a menos que fuera estrictamente necesario. Una vez cayó y se golpeó fuerte. Eso era un motivo para llorar. ¿Sentirse solo? ¿Tener hambre? ¿Estar sucio? Aparentemente ninguno de esos eran buenos motivos para su llanto. Pese a que me esforzaba todos los días por hacerlo sentir amado y acompañado, parecía que el trauma de su nacimiento quedó tan grabado en su alma como en la mía que todavía siento dolor y tengo pesadillas.
Mi hijo no tuvo un nombre hasta varios meses después de nacer. Joy y yo decidimos nombrarlo Felix. Significa felicidad. Deseábamos que él fuera tan feliz como ninguno de nosotros pudo serlo.
No le guardé rencor a Chanyeol por lo que hizo. A veces me enfadaba con él, cuando recordaba lo cerca que estuve de perder a Felix, pero era una emoción pasajera, nunca se quedaba lo suficiente como para causarme amargura. No podía estar enojada con Chanyeol. Él me dio a mi hijo. Él fue el mejor protector que un alfa pudo haber tenido; cuidó de Joy tan fielmente que sacrificó su puesto y su vida sin dudarlo ni un segundo. No le importaba la gloria, ni el poder. Solo deseaba que la persona que más amaba estuviera sana. Quisimos darle una pareja, como si fuera un premio de consolación. Quisimos entretenerlo con sexo para que pudiera relajarse un poco cuando sentimos que no podíamos controlarlo más. Y no nos importó quién fuera el chivo expiatorio. Creo que en el fondo ninguno de nosotros esperábamos que Baekhyun sobreviviera demasiado tiempo con él.
Usamos a Chanyeol como se usa un arma hasta herrumbrarla.
¿Odiar a Chanyeol? ¿Quejarme por su creciente violencia por su incapacidad de autocontrol?
Felix apoyaba su cabeza en mi hombro y yo elevaba un rezo a la diosa.
«Gracias, Madre, por permitirme dar la vida. Por favor, cuida de Chanyeol, donde sea que esté, que se encuentre siempre en tu presencia. Él también es tu hijo amado y merece de tu néctar».
La herida que tuve afectó algunos de mis órganos internos, tomaba medicamento a diario, pero... pese a mi estado de salud, estaría mejor cada día. Tenía muchos motivos para vivir. Joy, por ejemplo. Cada vez era más difícil para ella salir de casa. No había nadie en Selene capaz de enfrentársele, por supuesto. No existía un lobo capaz de ello después de ver cómo todos sus detractores quedaron desfilados. Además, seguía teniendo el apoyo de Kim, del linaje de la familia Xiao y Byun, de la mía propia. También de los Jung. Ella se encargó de que a Jaehyun no le faltara nada en lo absoluto, incluso al vampiro que tenía ahora como mascota. No había más opciones. Si Joy protegía a Jaehyun, protegía a Taeyong también, era inevitable su simbiosis. Eso implicaba que, si Jaehyun protegía a Joy, había un vampiro que también lo haría.
Chanyeol consiguió que no existiera un solo enemigo para ella, así durante un año después de la terrible batalla, Joy reinó Selene a sus completas anchas: Abrió más el mercado para exportar e importar medicina, alimento y otros materiales de primera instancia. Generó un instituto de protección para los omegas y benefició su escuela. Decretó leyes que abolieran la participación obligatoria de la carrera de Beltane. Terminó el asfaltado y la iluminación de las calles principales del pueblo. Pagó para diez omegas y diez alfas una carrera completa fuera de Selene, en distintos países. La idea era que formaran maestría en temas que nosotros carecíamos y que volvieran cinco años después a implementar esos conocimientos. El programa de becas inició de esa forma robusta y se decretó abrir dos puestos anuales para sacar a un alfa y a un omega de Selene a fin de prepararlo en nuevos conocimientos. Nadie se obligaría a ir, para disfrutar de esta beca, debería ser un estudiante sobresaliente en su internado y postularse a sí mismo como candidato al extranjero. Y por último, promulgó castigos duros para los alfas que atentaran contra la vida de sus parejas.
Yo todos los días veía salir de casa a la omega más admirable que pudiera existir. La amaba con mi alma. Por eso verla llegar a deshoras, agotada por completo, triste por haberse perdido un día más con Felix, o por recordar el cumpleaños de su hermano o algún detalle especial, me rompía el corazón. Ella empezó a llorar todas las noches rodeada de mis abrazos. Aunque pasaba el tiempo era lo mismo día con día, noche tras noche... Nunca pude acostumbrarme a oírla llorar.
—Debes claudicar como alfa —dije una mañana. Afuera llovía a cantaros, era domingo, Baekhyun vendría a almorzar a casa, lo hacía seguido porque amaba pasar tiempo con Felix. Pero para mi esposa no existían los fines de semana, siempre tenía algo que resolver. Joy me miró como si le hubiese hablado en un idioma inentendible e hizo ademán de retirarse. —¡Hablo en serio! —me apresuré a agregar antes de dejar a Felix en su asiento y caminar hacia ella.
—Sabes que no puedo hacer eso, Irene. No sé por qué me sugieres que...
—Te sugiero que descanses, que disfrutes de la herencia de tu familia, que seas parte de la infancia de Felix y, sobre todo que pases más tiempo conmigo y me permitas cuidarte. Quiero que me dejes ser tu alfa. Quiero que seas una omega por primera vez en tu vida... que seas tú.
—No puedo —susurró a punto de descomponerse—. Hacer eso sería tirar por la borda todo lo que mi hermano hizo por mí —sus ojos se llenaron de lágrimas. —¿Qué clase de mal agradecida sería si renunciara ahora que todo está en orden?
—Joy, escúchame —la tomé de los hombros—: no puede haber orden en una situación que te obligue a esconderte. Chanyeol sufrió toda su vida y la única libertad que pudo encontrar le costó demasiado caro: perdió su humanidad. No quiero que la pierdas también.
—Eso no va a pasarme, sé controlarme mejor y...
—¡No eres humana desde hace mucho! —mi voz se quebró— ¿Crees que levantarte todos los días a trabajar como una máquina hasta que se te agoten tus fuerzas es estar en contacto con tu lado humano? Joy, eres la mujer más fuerte que he conocido. Yo no dudo de ti. Estoy convencida de que podrías encaminar a Selene hasta que seas una anciana decrepita y que nadie, escúchame bien, nadie podría hacerlo mejor que tú. Yo sé que tienes la capacidad de soportar y dirigir, sé que tienes la sabiduría y la fuerza, pero... No hay menos dignidad en vivir tu vida de otra forma. También puedes elegir poner un alto a esto y tener años más familiares sin que eso signifique que no eres inteligente o agradecida o capaz. Está bien cambiar de deseo, aunque... estar en tu posición ni siquiera fue tu deseo nunca. Escúchate y yo apoyaré lo que tu alma decida. ¿Cómo quieres vivir tu vida?
Ella me apartó y caminó a la puerta. Mientras se colocaba el abrigo le dije:
—Solo permíteme agregar algo más: Chanyeol mataría a cualquiera que se impusiera ante tus deseos. Él fue la primera persona que deseó tu felicidad. ¿No estás realmente traicionándolo al seguir obligándote a hacer cosas que ninguno de los dos deseó hacer?
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El efecto de la luna [Fanfiction EXO/NCT]
FanficBaekhyun recibirá en su pueblo a un amigo extranjero con quien tuvo un pasado que prefiere esconder... sin embargo, esta repentina visita pondrá todo de cabeza ya que los secretos de un pueblo mágico quedarán al descubierto bajo los efectos de la lu...