Desconsolado, maltratado, sin esperanzas de nada y ya después de décadas acostumbrado a su desgracia, sin opciones, sin salida. Angel no esperaba que la llegada de ese demonio rojo haría sus días más felices y hasta llegar a liberarlo.
Alastor que j...
Las calles eran muy concurridas, era un mar de personas todas concentradas en una sola cosa; las noticias. Los demonios veían las pantallas con los diferentes noticieros; todos hablaban de cierto demonio rojo y la estrella porno más famosa en todo los anillos. Durante meses era lo único de que hablaban, siempre resaltando su extraña cercanía y el conflicto que hubo entre la polilla y el ciervo.
—El temido Demonio Radio preocupándose por algún demonio o mejor dicho teniendo algún acercamiento extraño; un acercamiento más románticamente hablando—dijo uno de los reporteros.
—Definitivamente esto es impresionante y difícil de creer—dijo su acompañante, los reporteros dejaron a un lado el tema y siguieron dando el reportaje.
—¡Ja! Pero que idiota—dijo uno de los demonios estallando en carcajadas, los demás a su lado también rieron a carcajadas.
—Que ridículo, enamorarse de alguien como esa perra, que bajo ha caído—soltó otro demonio, una interferencia de radio y una risa escalofriante silencio a cada uno de esos demonios.
—Jaja…eso….no les incumbe, despreciables y simples pecadores—la voz distorsionada y la mirada matadora del demonio rojo hizo retroceder a más de uno. Los demonios se fueron lo más rápido que pudieron.
—Cobardes—dijo.
Alastor miró las pantallas y destruyó poco a poco el aparato, siguió su camino. Estos meses tanto él como Angel han tenido que lidiar con esa mierda, no los dejan respirar ni un segundo. El arácnido ha sido el más afectado en esto y casi no sale del hotel; para evitar problemas. Esta ridicules lo estaba agobiando.
—Lo peor es que no he encontrado la forma—dijo.
Le dio demasiadas vueltas al asunto y no sabía que hacer, era la primera vez que no sabía qué hacer. Tarde o temprano esto se desplomara y será demasiado tarde. Algo dentro de su ser le dice que las cosas irán de mal en peor.
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Cierto arácnido paseaba por los pasillos del hotel totalmente aburrido. Todo hasta que vio una habitación, sonrió malicioso y entró. Se encontró con cierto ciervo, este estaba sentado frente a un escritorio con un montón de equipos de audio. El ciervo hablaba por un micrófono de diversos temas, estaba tan concentrado en eso que ni siquiera noto la presencia del arácnido.
Angel se recostó en la puerta mientras oía al ciervo, su voz era cálida, sus chistes y ocurrencias lo hacían sonreír como bobo. Alastor alzó la mirada encontrándose con el arácnido, se sorprendió al verlo.
—Tendremos una pequeña pausa mis queridos oyentes, sigan sintonizados—dijo el ciervo, movió unos botones y luego volvió a dirigir su mirada al arácnido.
