Mon Angel (Radiodust)

«Capitulo 3»

"Abuso"

—H-Hola Val...¿Que sucede?—dijo un tanto nervioso—Te quiero en el estudio ahora—dijo una voz que le ponía los pelos de punta del otro lado de la línea.

—Pero Val...—la voz del otro lado de la línea lo interrumpió—Nada de peros, te dije "te quiero aquí ahora" así que aquí estarás sino quieres que sea por las malas ¿Ok?—dijo.

—Ok...daddy—respondió el arácnido—Buen chico—la llamada se cortó, el arácnido solo se hizo bolita en la cama y trato de calmarse. Seguramente solo era para hablar...

“¿A quién quería engañar?”

Lo más probable es que Valentino quería tener una maratón y de la peor manera posible, en parte sería un castigo por lo de la otra noche. De tantas putas ¿Por qué tenía que joderlo solo a él?

Valentino disfrutaba ver a Angel cómo un animal sumiso y si no obedecía cada cosa que dijera se encargaba de hacerlo sufrir. Estaba harto, pero no podía hacer nada al respecto. Era un simple esclavo a nadie le importaba lo que le ocurriera o cómo se sentía. Simplemente era algo del que sacar provecho.

Angel estaba en la puerta de aquel edificio, abrió la puerta e ingresó al edificio. Recorrió los pasillos hasta llegar a la oficina de Valentino. Mientras más se acercaba al sitio su cuerpo comenzaba a temblar. Al llegar la puerta se abrió sola y dejó ver unos ojos rojos. Entró a la habitación y las puertas se cerraron.

—Oh~ Angel, pastelito ven aquí—dijo el demonio más alto, Angel se acercó a él y rápidamente este lo tomó bruscamente sentándolo en su regazo.

—Cada vez estás más hermoso, pequeña—el demonio comenzó a manosear cada parte del arácnido, Angel no podía evitar sentir un escalofrío recorrer toda su espalda.

—¿Para qué querías verme Daddy?—Valentino soltó una risa que solo le daba una mala señal al arácnido.

—¿Por qué crees tú? Oh~ Angel, ya deberías saber para que te cité aquí. Estoy realmente aburrido y necesito algo de distracción...y tú...eres perfecto para entretenerme—dijo para luego soltar una carcajada.

Valentino azotó a Angel contra una cama que tenía la polilla en aquella habitación. Se encargó de amarrar cada brazo de la araña para facilitar su entrada para hacer lo que quisiera con él. Angel solo espero que el más alto hiciera lo que quisiera, no podría detenerlo.

El más alto comenzó a jugar con cada zona sensible de la araña desde presionar fuertemente su abultada pelusa hasta dejar marcas de mordeduras en todo su cuerpo. El arácnido solo trato de algún modo, disfrutar el juego morboso del más alto, de vez en cuando se le escapan algunos jadeos y gemidos.

No podía negar que Valentino hacía un buen trabajo tocando cada zona y en cierta forma lo disfrutaba o...al menos eso se hacía creer, en realidad se sentía sucio y usado para beneficio de los demás, no lo disfrutaba realmente.

En parte pensaba que las acciones del más alto se debía a él. No sabía ni conocía que era el verdadero sentir, todo ese sufrimiento lo escondía con "placer" pero la verdad, la realidad es que solo quería que terminara de una vez toda esa mierda.

—Oh~ Angel—soltó el más alto antes de terminar, cómo de costumbre la entrada del arácnido fue invadida por aquel líquido blanquecino del más alto. Una vez terminó sé alejó de la araña y tomó un cigarrillo. El cuerpo de la araña estaba algo maltratado y sentía algo de dolor, creyó que todo había terminado pero vio como su jefe sacaba un látigo de uno de los cajones. Angel abrió los ojos de par en par.

—¡¿V-Val?!—el demonio polilla río juguetón—Vamos pastelito ¿En serio creíste que sería tan fácil?—la polilla tomó a Angel y en vez de dejarlo amarrado en la cama lo amarró de unas cuerdas que lo sujetaron del techo del lugar, gracias al peso de su cuerpo poco a poco las cuerdas fueron marcando sus muñecas. Valentino apagó la llama del cigarrillo en la piel de Angel haciéndolo soltar un quejido. Acarició la pequeña cintura del arácnido y luego desde la espalda baja hasta arriba, beso y lamió cada centímetro de la araña.

Angel se estremecía con cada una de las caricias que le proporcionaba, no podía evitar jadear con cada mínimo rose. Hasta que el primer latigazo se hizo presente.

Angel puede jurar que casi le rompe un hueso de lo fuerte que le pegó, sin duda dejó una tremenda marca en su espalda. Otro latigazo quemó su espalda, soltó un claro gemido de dolor y eso divirtió más a Valentino.

La verdad perdió la cuenta de los latigazos solo sabe que aquel demonio disfrutaba de verlo llorar con cada uno de ellos. Para finalizar el sufrimiento lo soltó de la cuerda y lo sentó en su regazo y lo penetró sin cuidado alguno.

—Salta—dijo, Angel con las pocas fuerzas que le quedaban hizo lo que le pidió hasta saciar a ese demonio. Por suerte después de eso no se le ocurrió otra manera de jugar con él y lo dejó ir. Angel como pudo regresó al hotel sigiloso, por suerte se hizo de noche y nadie lo vería entrar.

Entró al hotel silencioso, nadie estaba despierto. Subió las escaleras hasta su habitación y apenas llegó se tumbó en la cama. Lloró, era lo único que podía hacer.

—Maldito...Maldito hijo de perra—lloró sin consuelo hasta quedarse dormido. No sabía que estaba siendo observado por cierto demonio rojo que lo miraba confuso ¿Por qué lloraba? Se preguntaba constantemente. Su sombra veía al arácnido con dolor quería ir y abrazarlo pero su dueño no se lo permitiría. La verdad si le daba pena ver al chico así de esa manera tan deprimente, pero no sé daría el lujo de mostrarse empático. Tenía una reputación que mantener.

Ese chico le traía un conflicto de emociones, emociones que desconocía. Se suponía que no le importara, pero en el fondo quería hacer lo mismo que su sombra. Abrazarlo, consolarlo y proteger lo de lo que sea que le hizo daño.

—¿Pero qué me pasa? ¿Por qué  quiero ir tras él y...protegerlo?—

Aquí otro capítulo y disculpen la tardanza, espero les guste y muchas gracias por su apoyo, lo apreció mucho

Sin más que decir

Bay :3