«Capítulo 7»

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"Pasado"

Se hallaba en una habitación oscura, atado a unas cadenas y un bozal que le impedía articular una sola palabra. Su cuerpo estaba desnudo, una brisa fría chocó contra él haciéndolo temblar de frío. Trato de reconocer en dónde estaba, pero no lograba ver nada. Hasta que una pequeña luz al final de la habitación se hizo presente y logró ver a un demonio mucho más alto que él.

—Hola...pastelito—el demonio se acercó al arácnido, lo tomó del mentón y lo acercó más a su rostro. El cuerpo del arácnido tembló, las garras del demonio se incrustaron cada vez más en su piel. Cerró los ojos esperando el primer golpe, pero nunca llegó. Cuando abrió los ojos el escenario cambió, ahora estaba en el vacío, no había nada a su alrededor. No estaba atado, pero todavía sentía como si aún siguiera encadenado. Observó su cuerpo, lleno de moretones y arañazos. Sintió como si su espalda estuviera siendo desgarrada, no podía moverse, no tenía salida.

Despertó de golpe, su respiración era acelerada y su corazón latía rápido. Observó a su alrededor y estaba en su habitación del hotel. Miró su cuerpo y no tenía ni un rasguño, se recostó en el copete de la cama y recogió sus piernas apoyando sus brazos en ellas, se hizo bolita. Las lágrimas salían sin control alguno, mientras los recuerdos invadían su mente. Alzó la mirada hasta el tocador viendo una pequeña bolsa, se levantó de la cama y tomó la bolsa. La abrió dejando ver un polvo blanco, observó la bolsa unos segundos.

—¡Maldición!—tiró la bolsa en el tocador frustrado, se frotó los ojos y se dirigió a la puerta, subió las escaleras rumbo a la azotea del hotel. Necesitaba aire fresco. Al llegar a la azotea se acercó a una baranda y se apoyó en esta. La brisa fría chocaba contra su cuerpo, el frío comenzaba a azotarlo. Su mente estaba dispersa, esa imagen de él atado, no tener salida, lo abrumaba demasiado. Suspiro hondo.

Más atrás de él cierto demonio lo observaba silencioso, la sombra de este veía al arácnido con pena, dirigió la mirada a su amo. El demonio suspiro y con un chasquido hizo que la sombra desapareciera. Miró por breves minutos al arácnido antes de cometer la locura que estaba a punto de hacer.

Miraba las calles poco transitadas, ni una sola alma vagaba por ese lugar, no sabía qué hora era, solo suponía que faltaba poco para que amaneciera

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Miraba las calles poco transitadas, ni una sola alma vagaba por ese lugar, no sabía qué hora era, solo suponía que faltaba poco para que amaneciera. Volvió a suspirar agobiado, por más que intentará no lograba olvidar todo lo que soñó, nada lejos de la realidad. Se sobresaltó cuando sintió algo posándose en su espalda.

—Darling ¿Qué haces aquí a esta hora? Con este frío, podrías pescar un resfriado—Angel se sorprendió por ver a esta hora aquel demonio rojo, pero más le sorprendió como este le coloco su saco rojo y apoyó suavemente sus manos sobre sus hombros. Aquel demonio lo apegó a su cuerpo protectoramente.

—Al...solo...tengo insomnio—dijo forzando una sonrisa, Alastor se alejó de Angel quedando al lado del arácnido no muy lejos, Angel odio cuando éste se alejó, hubiera preferido que se quedara junto a él.

Mon Angel (Radiodust)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora