Desconsolado, maltratado, sin esperanzas de nada y ya después de décadas acostumbrado a su desgracia, sin opciones, sin salida. Angel no esperaba que la llegada de ese demonio rojo haría sus días más felices y hasta llegar a liberarlo.
Alastor que j...
Al cabo de terminar su show, se dirigió a su camerino. Era una noche energética y entretenida, también se lleva consigo una buena paga. Angel dejó sobre una pequeña mesita un ramo de flores y bombones de chocolates; un regalo de un fan, se acomodó un poco la ropa y luego se colocó un suéter de tonos rosados ya que hacía algo de frío.
Tomó su teléfono y lo metió en su pelusa, estaba listo para irse a descansar pero justo cuando se dirigió a la puerta y está se abrió por sí sola dejando ver a quien era su jefe.
-Valla show, pastelito, te luciste-dijo su jefe acercándose al arácnido-Gracias-...-fue interrumpido por un aura tensa y oscura, y luego por una voz ronca.
-Demasiado...diría yo-pronunció su jefe acercándose a la mesita donde estaban las rosas y los bombones-¿Qué es esto? ¿Qué te he dicho?-Angel no sabía qué decir ¿Qué esperaba que rechazará el regalo de un fan? De pronto un fuerte golpe resonó en la habitación, seguido se vio como el ramo de flores y los bombones estaban hechos pedazos en el suelo.
Luego dos de sus brazos fueron sujetados con dureza y azotados vilmente contra un mueble.
-V-Val...por favor...no-dijo con la voz quebrantada, las garras del contrario se incrustaron muy hondo sobre su piel.
-No, Angel. Colmaste mi paciencia, te he dicho Miles de veces que en presentaciones no te quiero ver con absolutamente nadie-dijo apretando más el agarre, pequeñas lágrimas comenzaban a brotar en los ojos del arácnido.
-Ya que no aprendes por las buenas... entonces será por las malas-dijo el más alto, mientras sujetaba dos de los brazos del arácnido, atrapó los otros pares de la araña, con su último par rasgó la ropa de la araña. Comenzó a lamer y morder salvajemente el cuello del arácnido, mientras manoseaba otras áreas de su cuerpo.
Angel solo podía mirar a una esquina de la habitación y llorar desconsoladamente en silencio mientras era abusado por ese estúpido demonio.
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Eran como la una de la mañana, Angel caminaba por las calles rumbo al "hotel feliz" o "Hazbin Hotel" cómo lo llamaba Alastor, ese demonio rojo, esa fresita proxeneta que llegó al hotel hace algunos meses. Y hablando de él era probable que se lo encontrará a tan altas horas de la noche, al parecer el muy raro no duerme ni un segundo.
Todo su cuerpo estaba adolorido, puede jurar que Valentino le rompió unas cuantas costillas. Siempre era lo mismo ¿Se supone que eso es amor? ¿Así tratas a alguien que dices querer? Tal vez....Val tiene razón y es todo su culpa, el no ser obediente y no portarse como debe, es más, como dice él: "no sería nada sin él".
