El gran día había llegado, ambas familias se preparaban para ese encuentro; a estas alturas era seguro que media ciudad estaría enterada del encuentro repentino de la familia Park y la familia Lee.
Por un lado Lee Heeseung se arreglaba dando un ultimo vistazo a su apariencia , en aquel gran espejo se acomodó la corbata y dio un suspiro, su madre se acerco y le propició unas palmadas de aliento.
Luego estaba Park Subin que, aún con su herida, se encontraba practicando boxeo en una de las salas privadas de la gran casa, un gancho, luego un hook y por ultimo un mixto que le hizo doler la muñeca.
Se culpo mentalmente por no haber vendado correctamente su mano, su herida empezaba a punzar y su cabeza daba vueltas cual torbellino; llevo una de sus manos a su pecho, tomo el anillo que estaba en el collar y deposito un beso sobre el.
Escuchó como dieron tres toques a la puerta que decidió ignorar, nuevamente volvió a dar unos golpes mas a la bolsa de boxeo. En su cabeza se reproducían con claridad cada misión a la que iba, las personas que mataba, las personas que perdía por un descuido o una mala indicación, los momentos en los que su vida estuvo pendida de un hielo y nadie estaba ahí para rescatarla, ni una mano, ni siquiera un meñique para ilusionarse, ni el hombro de su madre para llorar.
–¿Quieres una excusa para faltar a la reunión? –miro al mayor y bufó con gracia– Hija, ¿cómo te encuentras?
–Feliz de que mi padre me visite, ahora que sabes donde encontrarme espero me visites más seguido –se quito las vendas de ambas manos y como lo sospecho se habia lastimado la muñeca, su padre al verla se acerco a examinarla–. Si no fueras hijo de uno de los mafiosos mas importantes de Corea, ¿qué serías?
–Mmmmm –lo penso unos segundo y luego sonrió–, medico, siempre me gusto ayudar a las personas; aunque ahora soy quien los mata –ambos rieron–. Pon un poco de hielo y vendalo de nuevo.
–Como usted diga Doctor Park Seojun –llevo su mano derecha a su frente como saludo de soldado. El mayor desordeno el cabello de su hija y luego salio de la sala.
Seguramente lo habían mandado por ella, la única persona en el mundo que sabría dónde encontrarla era Nana Sara y su padre, después de todo, él era lo que más amaba en el mundo.
Los autos fueron entrando uno a uno en la gran casa de los Park, unos hombres vestidos de traje bajaron de los autos y como era de esperarse uno de ellos rápidamente se acercó a la limosina color negro, marca Hummer, el Señor Park soltó una carcajada al ver que los gustos de su viejo amigo no habían cambiado ni un poco.
Con autoridad el Señor Lee fue el primero en bajar seguido de su nieto, Lee Heeseung que, de una forma muy caballerosa le ofreció ayuda a su madre y hermana, debido al enojo del mayor de los Lee sus tíos venían en un auto a parte en forma de castigo.Para el mayor de los Park no paso por desapercibido el suspiro de su nieta al observar al otro joven, pero en el instante su semblante cambió al no ver a Park Subin.
"Solo pido que haga bien una cosa y se atreve a estropearlo."
–Bienvenido viejo amigo –los dos señores se saludaron como en los viejos tiempos, un apretón de manos y un abrazo que reforzaba los años de amistad–. Veo que tus gustos siguen siendo una porquería.
–No te atrevas a calumniar mis gustos Doyun, los tuyos son peores.
Los únicos en reírse fueron ellos, después de todo eran los únicos que sabían de lo que hablaban. Heeseung los observó y se sorprendió al ver lo feliz que estaba su abuelo con hacer esta visita, repaso todos los detalles de la casa y dirigió la mirada a todos los miembros detrás del Señor Park.

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Orgullo, temor y amor
FanfictionEn un mundo en el que un matrimonio arreglado es la única solución, un mundo en el que los que se odian se sacrifican, un mundo en el que... En el que podrás expirementar el primer amor. Ese es el mundo en el que Lee Heeseung y Park Subin viven, ese...