Taeyong no tenía idea si él incluso lograría salir de esta con la cabeza todavía en sus hombros.
No estaba demasiado preocupado porque Jaehyun estaba de su lado, y Jaehyun era el lord de la maldita ciudad, pero Taeyong sabía a qué podían conducir las presiones de una corte.
Ahora que no estaba presa del pánico acerca de alguien tratando de matar a Jaehyun, tenía suficiente adrenalina de sobra por sí mismo.Caminó alrededor de la circunferencia de la habitación de Jaehyun, ansioso por coger un libro, pero sin estar seguro si era prudente en caso de que alguien lo sorprendiera mirando hacia la Herbalogica de nuevo y concluyera que debía tener un conocimiento peligroso de hierbas.
Taeyong tenía un conocimiento peligroso de hierbas, pero eso era sólo porque el Dr. Sooman lo había estado entrenando para atender a los cortesanos del Pabellón Peonía, y eran a menudo las mismas hierbas que curaban, las que también podían dañar, dependiendo de cómo se usaran.
Esa era la única razón por la que Taeyong siquiera sabía acerca de los venenos. Si no hubiera sido por la frecuente y espeluznante formación a fondo de Sooman, Taeyong no habría tenido nada sino toda una vida de ser un sirviente que anhelaba algo.
De esta manera al menos había tenido la esperanza de algún día reemplazar al doctor, pero no reemplazaría a nadie si moría primero.Si era condenado a muerte.
Taeyong enterró su cabeza en sus manos. Y pensó.
¿Quién querría a Jaehyun muerto? Los Kim le venían a la mente, pero los Kim habían sido expulsados de la ciudad. ¿No? ¿Qué pasaba si todavía tenían aliados en la corte? No era de extrañar que Jaehyun fuera un bastardo tan paranoico.Excepto que Jaehyun confiaba en él.
Y eso era...
Taeyong no sabía qué hacer con eso. Se suponía que Jaehyun sólo era ese hombre que lo follaba de forma regular, que lo follaba por dinero, aunque Taeyong todavía no sabía por cuánto.
Nunca quiso averiguarlo y se había salido del camino cada vez que parecía que el Ama Grant podría mencionarlo, llegando incluso a evitarla por completo.
No podía entender de dónde venía la confianza de Jaehyun en él, o lo que significaba.
Todo lo que sabía era que Jaehyun trataría de probar su inocencia, que Jaehyun no lo culparía sólo porque era el blanco más fácil, y se sentía...Bien, Taeyong no podía decir que se sentía bien, que nada de esta situación era bueno, pero estaba malditamente seguro que no se sentía mal tampoco.
Sabiendo que Jaehyun lo respaldaría.****
De alguna manera Taeyong terminó jugando juegos de palabras con su guardia.
Jeno era un tipo decente y parecía haber adivinado la renuencia de Jaehyun por mantener a Taeyong cautivo porque poco después de asumir su cargo, Jeno llamó a la puerta y le preguntó a Taeyong si estaba aburrido.Taeyong casi gritó ¡Sí! y después de eso comenzaron un juego de asociación de palabras a través de la puerta, que se ponía cada vez más ridículo con cada momento que pasaba.
―¿Haces esto con todos los prisioneros?
Taeyong dijo finalmente, después de resollar sin poder hacer nada debido a la risa durante un par de minutos.La sonrisa en la voz de Jeno era audible incluso a través de la madera maciza de roble.
―Sólo con los que salvan la vida de mi comandante. No deberías estar ahí, hombre.Otro aliado entonces.
―¿Cuántas personas más han salvado la vida de tu comandante?―Ninguno, antes de ti. Esa es la cantidad.
―Así que esto es una gran cosa.
―¿Salvar al amo de Havisham? Sólo una pequeña gran cosa, sí.
―¿No voy a ser colgado, verdad?
―No si nuestro lord tiene algo que hacer al respecto.
Taeyong se hundió en su asiento, mirando hacia la puerta.
―¿Por qué?
Preguntó finalmente.
―Quiero decir, conseguir el tratar de atrapar a todos los que sean responsables, pero él podría haberme sólo decapitado e ir en la búsqueda de todos modos.

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EL PRECIO || JAEYONG
FanfictionTaeyong es un chico del servicio en un burdel de clase alta en la ciudad de Havisham. No es un cortesano, en gran medida porque es demasiado torpe para lograr seducir a alguien, pero lo hace mejor como siervo, manteniendo las copas llenas y a los hu...