Especial: Navidad en el Valhalla. Parte 2: Noche de encanto

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Después del reencuentro, Buddha no se alejó de la pequeña Zerofuku, llegando a gruñir cuando tuvo que ponerse de pie para saludar a los humanos.

Ya había perdido tiempo alejado de ella y dando saludos a los peleadores no estaba en sus prioridades, pero gracias a que era algo que él mismo había dicho que quería hacer, ahora estaba allí, viendo que aquellos feroces hombres ahora eran delicadas flores de loto.


Algunos, no todos.


Shiva se acercó para darle un pequeño golpe en la cabeza y eso pudo con el poco humor que tenía el iluminado en ese momento.

-¡¿SE PUEDE SABER CUÁL ES TU MALDITO PROBLEMA?!

-Eres demasiado grosero, saludas a todos pero no presentas a Zerofuku a los humanos. Por eso el golpe, ya que serás pésimo esposo, duh~ -La hindú tenía un punto, y antes de que Buddha contra atacara, Raiden llegó para llevarse a su esposa lejos para recordarle que tenían un show que hacer antes de sentarse a comer.

Shiva fue pidiendo prestadas a las esposas de los dioses, encontrándose con sus dolores de cabeza que no querían soltar a sus consortes.

-¡YA SUÉLTAME IMBÉCIL! SOLO SERÁN 20 MINUTOS, BASTARDO DRAMÁTICO -Leónidas por más que luchaba porque Apolo le soltara, el dios se aferraba a sus enormes pechos, llegando a lamer descaradamente una porción de aquella tersa piel, lo que ocasionó que Leónidas sólo le diera un puñetazo en el estómago para que le soltara.

Apolo pegó un alarido de dolor, aunque no estaba seguro si era realmente porque le había dolido el golpe que hasta lo dejó sin aire por un momento, o por el hecho de que su amada reina espartana prefería ir con Shiva a sabrán el resto de los dioses donde.


"¿Y si la lleva con ese soldado adulador? ¡No, es mi esposa y vaya que ya es mi mujer!"


Su segundo dolor de cabeza extrañamente dejó que Adán se fuera por cuenta propia, haciendo que la rubia arqueara una ceja.

El viejo siempre encontraba razones para meterle mano desde que disolvieron su matrimonio con Eva, pero últimamente parece ser que el libido lo tiene a raya.

Incluso Shiva le miró extraño, sin embargo, cuando oyó la palmada en el trasero desnudo de Adán y éste le dio un puñetazo a la nariz con su manopla de acero, supo que algunas cosas siempre se mantendrían iguales.

El último dolor de cabeza se encontraba allí, tratando de meter mano debajo de aquel kimono azul, importándole nada que hubiera más personas.

-Chico, por favor, deja de intentar tocarme, ya lo hiciste en la ducha... -La mujer estaba avergonzada por el actuar del dios, sintiendo que sus mejillas se teñían de carmín cuando el rubio logró su cometido y pronto la espadachín sólo dejó caer su rostro sobre la mesa en señal de vergüenza por haber perdido ante su esposo.

-Nunca espero nada y aún así siempre me decepcionas Poseidón. Aprende a Hades -El mencionado asesinó a Shiva con la mirada. Su reina al fin había accedido a ser tocada por él y no iba a dejarla ir con aquella lunática de 4 brazos que vestía ropa extraña.

No obstante, también dirigió su vista hacia su hermano Hades, el cual se aferraba a la pequeña cintura de su emperatriz porque tampoco quería soltarla, al menos no hasta que terminara de correrse dentro de ella.

-Debo irme, amado rey~ en un rato tendrás la revancha~ -Qin movió un poco sus caderas antes de bajar del regazo de su dios y caminar como si nada hacia donde estaban Shiva y Sasaki.

𝑺𝒉𝒐𝒘 𝑴𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora