Emociones contrastantes

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"...Me estoy ahogando
Estoy tratando
Estoy en un abismo
Completamente solo
Di que me amas..."

Young Metro. Future, Metro Boomin & The Weeknd.

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La calma que transmitía el templo de Lumbini en Nepal era indescriptible. Una suave brisa se colaba por las ventanas moviendo con ligereza las cortinas de la habitación principal que pertenecía al adolescente más fuerte que la humanidad hubiese visto, mismo que se estiró con pereza abriendo sus ojos para mirar el techo circular decorado con flores de loto y mandalas similares a las que poseían sus ojos, centrándose en el sutil aroma del incienso que comenzaba a esparcirse por todos los rincones del templo.

Aún sabiendo que eso significaba que los monjes ya estaban despiertos comenzando así su rutina diaria de conseguir el alcanzar la iluminación y que probablemente él tendría que hacer algo, pero no quiso levantarse de la cama, mucho menos cuando el dulce suspiro a un lado suyo le hizo darse cuenta que ya no estaba solo, encontrándose con un par de enormes ojos borgoña que le miraron somnolientos a manera de saludo antes de que el iluminado se acercara a su rostro para besar sus suaves labios.

—Buenos días, Zero-fortuna-chan~ —La diosa llevó una mano a sus labios para sofocar su bostezo, pestañeando un par de veces enfocando su vista en su esposo, el cual ahora se encontraba recargando su rostro sobre una de sus manos mientras su brazo se encontraba flexionado sobre la almohada, a la vez que su otra mano se encargaba de trazar los kanjis de “Fortuna” sobre sus tersas mejillas —Creo que hemos vuelto a levantarnos tarde ¿Anoche alcanzaste la felicidad, pequeña fortuna?

Zerofuku simplemente buscó levantar su rostro, acercando una de sus manos para besar a su amado iluminado, ignorando que al hacer aquella acción, las finas sábanas de algodón resbalarían revelando que se encontraba completamente desnuda con restos de marcas rojizas por su espalda producto de un encuentro pasional con el dios, volviendo a recostarse sobre la cama pero ahora con Buddha sobre ella sin dejar de besarse, sumergidos en una pequeña burbuja donde sólo estaban ellos dos.

—Si, siempre me encuentro feliz cuando quieres que alcancemos el Nirvana… ¿Es caléndula? Parece que les gusta mucho ese aroma, es tan suave… Combina perfectamente con el aroma que trae la lluvia… —Buddha rozó con delicadeza su nariz, buscando dejar más besos en aquella dulce tez que era aún más exquisita que las golosinas que solía comer deslizando sus labios por esa suave piel hasta llegar a aquellos pechos que amasó a placer, atrapando con su boca uno de ellos saboreando la calidez que le ofrecía.

—Eres tan hermosa como una flor de loto, dulce fortuna… —Buddha siguió mordisqueando con suavidad esa piel, trazando con sus labios un camino de besos húmedos desde su cuello hacia aquellos pechos, deleitándose con el aroma que desprendía la diosa, admirando en el proceso ese bello rostro que se tenía de carmín ante la acción de su lengua.

—Siddharta…~ —Zerofuku echó la cabeza hacia atrás, hundiendo sus dedos en la sedoso cabellera de su esposo, mordiéndose el labio para reprimir su voz por respeto a los monjes que se encontraban en aquel templo, preguntándose si ese deseo por ser uno con su esposo era algo que podía considerar como sano. Buddha pareció tener el mismo dilema ya que, luego de la boda de Shiva ambos buscaban cualquier rincón para desvestirse y entregarse mutuamente, disfrutando de la piel contraria hasta ser consumidos por el placer derivando en siempre encontrarles juntos, en plena desnudez compartiendo algo más que sus cuerpos y el calor del momento.

𝑺𝒉𝒐𝒘 𝑴𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora