Especial: Navidad en el Valhalla. Parte 3: Época de dar y recibir.

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En el recinto donde se llevaba a cabo la reunión, las cosas eran casi normales.

A pesar de que al principio de la velada Zeus trató de meter mano en el trasero de Adán, ahora sostenía una pequeña plática con la rubia, asombrado de ver que podía usar más ropa que las delicadas hojas que solía usar.

Hades por su lado, dijo que debía retirarse y aunque Qin deseaba probar el pavo dorado de la cena, fue su esposo el que la convenció de regresar al Hellheim.

Sus herederos no se harían solos y el dios disfrutaba del proceso más de lo que creía.

Sin embargo, una plática llamó la atención del regente del inframundo por lo que Qin cumplió su sueño de comer del pavo mientras oía algo similar a una discusión.


-¿Me estás diciendo que ahora soy madre de medio panteón griego? ¿Cómo repartieron los dominios para cada hijo que tienes? -Adán le miraba aburrida, detestaba las manzanas pero esa tarta era tan deliciosa que no pudo dejar de comer, aguardando la respuesta de Zeus.


El dios por primera vez se quedó en silencio y aquello hizo reír a Hades.


-No tiene idea de cómo hacerlo porque desde el inicio tiene un pequeño apego a controlar todo. Nos lo hizo a nosotros hace algunos eones atrás... -Hades dio un sorbo a su vino, llamando la atención de su emperatriz, la cual no llevaba su característica venda y podía ver esos bellos ojos celestes con aquella córnea en forma de estrella que tanto le gustaba observar de ella.


-Eso explica por qué no festejamos navidad, ¿no fue en esta celebración donde el tío Poseidón le perforó el estómago al tío Adamas por unas secciones en el Valhalla? -Hermes no tenía nada mejor que hacer, había regresado después de supervisar a las valquirias y al escuchar parte de la conversación no pudo evitar unirse, ganándose una mirada homicida por parte de su tío Poseidón.


-¿Chico? ¿Asesinaste a un familiar por unos terrenos? ¿Por eso no quieres que conozca a tus otros hijos? -El dios por primera vez desvió la mirada evitando ver aquellos ojos marrones pero apretando con fuerza su tridente.


-Fue hace mucho... y porque era molesto. No cuestiones a tu dios, Rémora -Kōjiro suspiró y sólo se recargó en el brazo del rubio, después tocaría ese tema que parecía ser algo complicado en la vida de su tirano esposo.


-Bueno, un error lo comete cualquiera, ¿no es así? Apuesto a que quizás lo merecía -Las palabras acompañadas de aquella sonrisa brillante hicieron que Poseidón se olvidara por un momento de que estaban en público para retirarse uno de sus guantes y volver a intentar meter mano debajo de la falda de su reina.


-¿Posei...? ¿Qué tratas de hacer chico? -La mujer mayor estaba concentrada tratando de comer con cubiertos, pero era tan extraño que buscó mejor palillos para comenzar a comer algo.


Sin embargo, la mano del dios sobre su pierna e intentando subir más arriba la puso nerviosa.

La tela era tan transparente que a la diosa destructora se le ocurrió la brillante idea de que nadie llevara ropa interior debajo, sacándole una pequeña risita a Poseidón por tener libre acceso al sitio más sensible de su humana.


"Te sigo odiando Shiva, pero hoy te odio menos..."


-Probar que eres fértil para inseminarte y que me des un heredero -Sasaki quiso replicar pero al sentir esa opresión en su vientre sólo dejó caer su rostro sobre la mesa dejando que su dios hiciera lo que quisiera con ella, temblando con cada caricia que recibía.


-P-Posei... si quieres... p-podemos regresar a casa... aquí no... -Poseidón mantenía la misma expresión indiferente frente a los demás, pero internamente sonreía.

𝑺𝒉𝒐𝒘 𝑴𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora