𝑺𝒉𝒐𝒘 𝑴𝒆 𝑳𝒐𝒗𝒆

Nuevo destino.

"...Si me estas tirando a los leones
Deberías saber que no tengo miedo de morir
No retiraría una cosa que hice, una palabra que dije
Oh Dios, te haré desear haberlo hecho..."

-Limits, Bad Omens.

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-¿Y bien? ¿Algún dios tiene las bolas suficientes para decirme qué pasa? -Adán miraba a los dioses inexpresivamente. Trotando sus dedos dispuesta a pelear para llegar al fondo de su ahora situación.

Ni siquiera Hades estaba seguro de poder decir algo que respondiera a la rubia, él tampoco estaba de acuerdo con las decisiones que se tomaron antes de traerle de vuelta, pero podía ver que quienes tenían la ventaja en términos físicos eran ellos.

"Esto me va a producir dolores de cabeza..."

Sus ojos lavanda dejaron la figura de Adán encontrándose con una delicada mujer asiática que le pegaba a su hermano Poseidón para que soltara a una mujer en la tercera edad.

-¡SUÉLTALA IMBÉCIL! ¡¿QUÉ NO VES QUE ES MUY MAYOR PARA TENER SEXO?! LA VAS A MATAR SI LA FOLLAS -Qin estaba dispuesta a ayudar a la anciana, no era su amiga, pero formaba parte de su séquito y si no la socorría ¿Tendría derecho de llamarse a sí misma "reina de todos los hombres"?

"Una emperatriz no retrocede. Avanza..."

-¡QIN! AHÓRRATE EL AYUDARME SI SÓLO VAS A DECIR BARBARIDADES -Las mejillas de la japonesa se tiñeron de carmín tras oír la risa del dios antes de que con una patada al estómago terminara alejando a la emperatriz de una nación.

Hades se movió en automático hacia la joven que usaba una venda en los ojos, haciendo que su corazón se oprimiera en su pecho al ver que se trataba de Qin Shi Huang.

-¿Estás bien, emperatriz de los hombres...? -Zheng volteó su rostro como si pudiera ver al ser que osaba en hablarle, sonriendo coqueta al darse cuenta de quién le estaba brindando auxilio.

-Mi nombre es Qin Shi Huang, pero puedes decirme "mi reina" -El albino contuvo sus ganas de reír, no importaba su cambio físico, el primer emperador de China seguía siendo igual de valiente y confiado. Un agradable calor invadió sus pálidas mejillas al ver las generosas curvas que ahora ostentaba la mujer delante suyo.

"Quizás no todo sea tan malo..."

-Entonces, ¿te encuentras bien, mi reina? -Qin se olvidó por un momento que quería asesinar al dios que se atrevió a patearla para centrarse en la mano que estaba tendida frente a ella y retirándose la venta, observó mejor al dios. Lo reconocería en cualquier sitio y por ello, se atrevió a descubrir uno de sus hombros dándose cuenta de que el albino no era indiferente a su nueva apariencia.

-Me encontraré mejor entre sábanas de seda...

-SOBRE MI CADÁVER -Adán compuso las vestimentas de Qin, fulminando con la mirada al dios que estaba a nada de saltarle encima a su hija como si fuese una oveja y él un lobo dispuesto a devorarle -Dile al imbécil rubio que si no suelta a mi hija, ni sus poderes divinos me podrán hacer frente.

Hades desvió la mirada, por un momento había actuado exactamente que sus hermanos y sobrinos, avergonzándose de que no era diferente a ellos.

Con las mejillas rojas por tal descubrimiento, intentó llegar a su hermano Poseidón para encontrar que la humana mayor se había hecho con un palo de bambú y golpeaba repetidamente para ser soltada.