CAPITULO 5

761 50 1
                                    

CHIARA.

La molesta voz de Martín repitiendo una y otra vez esa frase rebotaba por mi cabeza. "A que esperas, llámale".

El papelito con el número de Violeta estaba pegado en el frigorífico. Me senté sobre la encimera y me llevé las uñas a la boca, sin quitar la vista de ese trozo blanco que resaltaba sobre cualquier otra cosa. Si te lo ha dado por algo será Chiara, pensé. Vale, pongamos el caso de que le escribo, ¿qué le digo? ¿Le invito a tomar algo, a mi casa, al estudio? Agarré mi IPhone del bolsillo y busqué el numero entre los contactos. Lo guardé en la agenda la misma noche que me lo dio. Pulse sobre su contacto, por desgracia no veía su foto de perfil al no tenerme agregada. Aunque mejor, seguro que tiene puesta una de sus mejores fotos, donde saldría guapísima, cosa muy poco complicada porque Violeta es bellísima. Pero bueno dejando su face card de lado, empecé a escribir.

"Hola Violeta soy Chiara..."

Me quede en blanco. Quizás un hola Violeta ya estaba bien, que siguiera ella la conversación, ¿no?

"Hola Violeta, soy Chiara" Enviar.

Fuck, me sentía la persona más idiota del mundo en ese momento, "soy Chiara mi mi mi". Lancé el móvil lo más lejos posible, estaba nerviosa por su respuesta. Salí de la cocina para dirigirme a mi estudio, llevaba días con una melodía y unas estrofas en la cabeza. Me alegraba por eso, ya que llevaba un tiempo en sequía y si no componía algo pronto iba a entrar en colapso.

La pantalla de mi móvil se encendió, solté la guitarra rápidamente. Un mensaje, su respuesta.

"Hola (emoji de carita sonriendo)"

¿Really? Al final me tocaba a mí proponer un plan, y yo era malísima para eso, siempre me dejaba arrastrar por los planes de los demás. Pensé durante unos largos minutos, y al final me decanté por invitarle al pequeño estudio que tenia en casa. Violeta era tan fan de la música como yo, así que supuse que le haría ilusión estar en el lugar donde se cocina todo. Para sorpresa de nadie, Violeta acepto encantada.

Violeta junto a su "okey" me dijo que en una hora más o menos estaría aquí, así que tuve que adecentar el lugar corriendo. Después de tenerlo todo en su sitio me metí en la ducha, ahora me tocaba estar presentable a mí. Para vestirme elegí unos vaqueros negros, camisa blanca y mi chaleco negro también. Uno de mis outfits favoritos.

Cuando iba de camino a poner algo de música en el tocadiscos sonó el timbre. Ya estaba aquí. Fui corriendo a abrir la puerta, sin preguntar ya que no esperaba a nadie más. Y me quede junto a la puerta abierta, secando mis sudorosas manos en mis pantalones. Joder, estaba super nerviosa. El ascensor se hizo presente en el rellano, tragué saliva cuando las puertas se abrieron y dejaron a ver a Violeta.

Damnit, pensé al verle con esas gafas de sol y ese conjunto de traje gris. Que tarde más larga me esperaba.

- Holi – Dijo una vez delante de mí – Vives en el barrio más pijo de barna eh.

Solté una risita y me aparté de la puerta para dejarle entrar a mi hogar.

Vi como su mirada se paseaba por todo el lugar, lo miraba todo con la boca abierta. Yo sonreí al ver esa gesto de inocencia, tampoco era para tanto tan solo era un simple apartamento. Dándole un gesto de aprobación, deje que explorara libremente. Yo me quede apoyada en la puerta del estudio.

- Wow Chiara, me encanta como tienes esto decorado – Hablaba mientras examinaba la estantería que ocupaba medio salón – Es tan tú, no me lo imaginaba de otra forma.

Reí ante su comentario, tan yo. La verdad es que puse mucha dedicación en decorar mi pisito. Me gustaba mucho lo retro así que todas las habitaciones tenían ese toquecito hippie y como digo yo muy de bruja.

Mystery of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora