Capitulo 9.

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CHIARA.

Dude mucho en asistir a la fiesta de Martin. Habían pasado dos semanas desde la última vez que Violeta y yo nos vimos. La pelirroja y yo nos habíamos estado intercambiando mensajes y alguna que otra interacción en redes. Era nuestra manera de decirnos que estábamos, que ninguna había desaparecido. Julia seguía en Barcelona, ya que hasta dentro de otra semana no retomaba la gira. Por ese motivo Violeta y yo decidimos no vernos en persona hasta que la rubia desapareciera de nuevo. Eso decidimos, pero cuando Martin me dijo que por cortesía había invitado a Violeta y esta no solo acepto, sino que dijo que Julia seria su acompañante, ahí supe que nuestro pacto había finalizado.

Así que allí estaba de nuevo en aquel apartamento, sentada en uno de los sillones esperando a que la puerta se abriera y diera comienzo aquel show. No paso mucho rato cuando hicieron acto de presencia. Las dos aparecieron por allí cogidas de la mano mientras Violeta presentaba a Julia con una sonrisa de oreja a oreja, como si estuviera orgullosa de poder presentarla como su novia. Obviamente me mantuve ajena a toda aquella situación, de vez en cuando miraba de reojo, pero no quería que Violeta descubriera mis ansiadas ganas de tenerla a mi lado. No me gustaba hacerme la dura, pero era lo que tocaba.

La noche siguió avanzando y para soportarla tuve que tomarme dos copas de vino más. En niveles de soportar, estaba soportando poco ver como Violeta descansaba sobre las piernas de Julia, mientras esta última le explicaba a Bea y Rus como estaba siendo la gira con la orquestra. Me levanté del sillón harta de escucharle hablar y me dirigí a la planta de arriba. Entre a la habitación de Martin y salí fuera, a la terraza. Allí podría desconectar un poco de lo que estaba pasando allí abajo.

- Siempre huyendo de la escena del crimen – Hablo una voz detrás de mí, sabía que era ella.

- Estoy cansada de ser el cadáver.

Violeta camino hasta imitar mi postura. Las dos nos quedamos apoyadas en aquella barandilla contemplando la ciudad que dormía a nuestros pies.

- Entonces yo soy la asesina – Hablo de nuevo mientras el vaho salía de sus rosados labios a causa de las bajas temperaturas.

No le contesté porque la respuesta estaba clara, lo era. Tampoco quería darle bombo al asunto ya que yo misma me había buscado estar entre medio de ellas dos. 

Suicidio diría yo antes que asesinato.

- ¿Como has estado? He visto por fotos que has pasado tiempo en el estudio... y con Ruslana.

Por primera vez en la noche le miré a los ojos. Estos me recibieron con su característico brillo y profundidad.

- A que viene eso de y con Ruslana – Le recriminé.

- Ahora pasas más tiempo con ella – Dijo encogiéndose de hombros – Antes lo pasabas conmigo.

- Será porque tu pasas tiempo con tu novia, no sé.

Violeta rodó los ojos y se volteó de nuevo hacía la ciudad. ¿Que esperaba de mí?

- No quiero que nadie ocupe mi lugar.

- Estas siendo muy egoísta Violeta.

- Puede – Dijo mirándome de nuevo – Pero es que soy muy posesiva y no me gusta que toquen lo mío.

La pelirroja acaricio mi brazo sutilmente mientras pronunciaba aquellas palabras. Notar el roce de sus dedos de nuevo contra mi carne fría hizo que mis alarmas se encendieran.

- No soy tuya – Dije intentando sonar serena, pero con sus dedos acariciando mi cuerpo era bastante imposible – No puedes pedirme exclusividad porque yo no la tengo contigo.

Mystery of love.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora