"Malditos vikingos", es todo lo que recorre su mente por todos los días y las noches que ha estado encerrado, muerto de frío.
Lo habían encerrado en una clase de cueva sin ninguna cobija o consideración. ¡Apenas si venían a darle comida! Y Cellbit ni siquiera se molestaba en venir a amenazarlo o algo.
—Maldición...—susurró para sí mismo. Aprovechando la posición fetal, recargó su rostro sobre sus rodillas y esperó algo, lo que fuera.
—¿Va a empezar a maldecir desde temprano?—escuchó una voz bien conocida en la entrada de la extraña cueva.
De inmediato levantó su rostro. Tras esa acción llegó el inconfundible aroma del enemigo.
Con esa nueva llegada, hubo una nueva mueca de su parte; desagrado.
—El rey de los modales viene a darme clases, ¡qué bien!—rodó los ojos.— ¿Qué es lo que quiere?
—No sea tan grosero qué vengo llegando.—contestó el vikingo cuesta abajo.— ¿No quiere desayunar?
El líder hizo alarde del tazón de madera qué tenía entre sus manos una vez estuvo frente de él, por lo que no tuvo más opción que cerrar la boca y esperar de mala gana la comida.
—Eso creí.—de inmediato le pasó el tazón.
Y sin esperar indicación, comenzó a comer en silencio.
—Príncipe.—lo llamó.— ¿Me dirá su nombre o seguirá haciéndose del rogar?
Sus ojos apenas abandonaron el tazón para verlo por segundos, por supuesto, de mal humor.
—Roier.—contestó casi obligado.
—¿Roier qué?—insistió.
—Roier Alt.—dio otro bocado de la sopa en el tazón.
El líder asintió en silencio antes de tomar asiento frente a él.
—¿Y va a decir la razón del por qué está aquí o preferirá seguir encerrado aquí?
Soltó un suspiro antes de dejar el tazón de lado y volver a poner toda su atención al más alto.
—Mire, señor vikingo, yo no sé que es lo que está esperando de esto.—mencionó Roier.— Me encadenó y me dejó bajo tierra como un topo.
—Usted me amenazó con una navaja.—una sonrisa escapó de los labios del líder por la mueca ajena.— Solo quiero determinar qué hacer con usted.
—¿Ahora soy un perro para que decida qué hacer conmigo?—frunció el ceño.
—Príncipe Alt.—le habló Cellbit en un tono no tan amigable.— No me interesa tenerlo aquí viviendo gratis, ¿entiende? Si no me sirve de algo entonces lo mataré.
No se dejó intimidar por la mirada hostil del líder.
—Entonces ahórreme el sufrimiento y máteme.—sentenció.— Igualmente me haría un favor si hace eso en vez de regresarme a mi reino.
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𝑭𝒐𝒓𝒔𝒂𝒌𝒆𝒏 ן 𝑮𝒖𝒂𝒑𝒐𝒅𝒖𝒐
ФанфикEl príncipe Roier, atrapado en una red de obligaciones reales, se ve obligado a escapar de su reino y refugiarse en Noruega, donde sus peores enemigos acechan. Sin embargo, lo que nunca imaginó es que su destino estaba entrelazado con el líder de su...