Amor entre ruinas/Bakudeku

Capítulo 4: Conociéndote

Izuku Midoriya:

Al volver, dos chicos estaban en la cueva,

—¡Ey, Bakugo! Vinimos porque no apareciste como dijiste—anunció otro rubio con una sonrisa.

Katsuki, con su típica expresión algo seria, les hizo un gesto de saludo y señaló hacia mí.

—Chicos, este es Izuku. Izuku, ellos son Denki, Eijiro y Mina, mis amigos desde hace un tiempo.

Denki se adelantó y me dio un apretón de manos.

—¿Así que tú eres el chico del que Baku habla? —preguntó con curiosidad.

— Sí, ese soy yo. Mucho gusto —respondí, devolviendo el apretón de manos.

Eijiro y Mina también se presentaron con entusiasmo. Después de las presentaciones, se formó un incómodo silencio.

— Baku, ¿por qué no fuiste?—preguntó Eijiro con una mirada inquisitiva.

Katsuki bufó antes de responder.

—Apenas acaban de pasar unas horas, ni siquiera un día.

Denki se rió y me miró con complicidad.

—Este tipo siempre ha sido así. Prefiere hacer las cosas a su manera.

Las miradas se volvieron hacia mí, y Mina preguntó con interés:

—¿Y tú Izuku? ¿De dónde eres?

— Soy de un pueblo en medio del bosque. —respondí, intentando no revelar demasiado.

—Interesante. ¿Viste alguna bandera por ahí? —preguntó Denki, claramente buscando algo más.

Lo mismo que me pregunto Katsuki, que raro, mmmhh.

Katsuki le golpeó la espalda. Aunque me di cuenta que ya les contó todo.

—No vi nada, solo huí.

Las expresiones de mis nuevos conocidos cambiaron, indicando que tenían más curiosidad por lo sucedido.

—Eso lo atenderemos después pero antes... -—La chica volvió a ver a Eijiro con mirada cómplice.

— Oye, Katsuki, ¿te importaría si prestamos a Izuku por un rato? Queremos dar un recorrido por el pueblo y luego ir a comer algo. Ya es tarde y ni siquiera hemos comido por estarte esperando?—preguntó Kirishima.

Katsuki frunció el ceño de nuevo claramente incómodo con la idea.

—¿Por qué diablos querrían llevarse a Izuku? Además, no me agrada la idea de prestarlo como si fuera un objeto.

—Vamos, Kats, será divertido. Además, Izuku está de acuerdo, ¿verdad? —intervino Denki, mirándome en busca de confirmación.

Asentí con una sonrisa.

—Sí, no hay problema. Será agradable explorar el pueblo.

A regañadientes, Katsuki finalmente aceptó.

— Está bien, pero ni se les ocurra meterlo en problemas. Es más, voy con ustedes.

—Nono Bakugo, te quedas conmigo y Jirou para preparar la comida, ¿no que nos ibas a ganar? —Retó la pelirosa.

— Malditas. —Al parecer, Katsuki no puede resistir los retos.

Después de eso, Kirishima, Denki y yo nos dirigimos al pueblo. A medida que explorábamos sus calles, me contaron historias divertidas sobre sus experiencias en la montaña y las reuniones a las que solían asistir. Era evidente que estos chicos eran muy cercanos y que valoraban su amistad.