Capítulo 9: Tengo un plan

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Katsuki Bakugo:

Me deslicé por el sendero, sintiendo la grava crujir bajo mis botas. La decisión de alejarme de la cueva pesaba en mi mente, necesitaba un respiro, así que me dirigí hacia donde sabía que encontraría a Kirishima.

Al llegar, Kirishima levantó la cabeza de su trabajo y una sonrisa se formó en su rostro.

— ¡Bakubro! ¡Hace tiempo que no te veía! — exclamó Kirishima, dejando a un lado las herramientas.

— He estado ocupado. — Respondí con mi mirada fija en el suelo.

— ¿Ocupado? — Kirishima frunció el ceño.

— Las cosas cambiaron desde la llegada de Deku, fue lo mejor. — Suspiré, sintiendo el peso de mis acciones. — Necesitaba despejarme y te tengo que contar algo que pasó.

— ¿Y qué pasa con Izuku? — preguntó Kirishima.

— Lo dejé en la cueva. Necesitaba venir a dar un respiro de esa mierda. — No podía ocultar mi irritación. — ¡NO!, no me refiero a mi Deku, a Izuku, es que sucedió algo.

Kirishima me miró con seriedad.

— ¿Qué está pasando?

— Mate a seis personas.

— Ah, normal.

— Lo digo en serio.

— Nah, ¿Me quieres ver la cara de estúpido? Eso sí es serio Baku.

— Tú serás el siguiente si no me crees.

— Está bien, entiendo.

Lo miré fijamente, intentando ocultar la turbulencia en mi interior. Después de un momento de silencio, dejé escapar una sonrisa forzada.

— Me siento mal porque Deku vio todo —confesé.

Kirishima arqueó una ceja, evidentemente desconcertado.

— ¿Deku? —preguntó, buscando claridad en mi declaración.

Bufé con frustración, apartándome un mechón de cabello de la frente.

— Sí, Izuku. Justo cuando pensaba que no podía ponerse peor, él estaba ahí. Suena ridículo, lo sé —admití, desviando la mirada hacia el suelo.

— A mí se me hace que te gusta Izuku —comentó, buscando avergonzarme como siempre.

— Pff, ¿Bromeas? A ti te gusta Mina y no digo nada —respondí, intentando restarle importancia.

— No digas eso al aire libre —advirtió.

— Ahora te propongo algo, vamos a investigar quiénes atacaron el pueblo miserable de Deku —propuse, cambiando el rumbo de la conversación.

— Suena bien, pero también suena peligroso —observó Kirishima, evaluando la propuesta.

— Claro que lo es, eso es lo excitante —aseguré, encogiéndome de hombros.

— ¿Sabes dónde es? —preguntó Kirishima, curioso.

— Él nos llevará. Investigaremos las banderas de conquista, después volveremos a la ciudad. Siento que algo malo sucede ahí —expliqué.

— Extrañaba oír tus planes locos —confesó Kirishima, con una risa.

— Solo yo tengo estas ocurrencias —repliqué, admitiendo mi naturaleza impulsiva.

— Sé decir que estás enfermo, amigo.

— Estoy loco. —concluí, aceptando con resignación mi propia extravagancia.

Fuimos a buscar a los demás a sus casas, evaluando la conveniencia de reclutar a Denki. Jirou y Mina optaron por quedarse, preparadas para cualquier momento inoportuno. Sin embargo, decidimos llevarnos a Yaoyorozu; su destreza para ubicar cosas era innegable, aunque en mi opinión, yo le ganaba en eso. Kirishima, por alguna razón, insistía en tenerla en el equipo.

Yo no la conocía.
Y no me interesaba hacerlo.

✧༺♥༻∞

Llegando a la cueva, noté que Deku estaba durmiendo, lo cual me pareció extraño. Me acerqué y lo desperté.

— Deku, Deku —llamé.

— ¿Sí? —respondió, visiblemente sorprendido al despertar.

— Nada. — Y me puse a su lado.

— Okay.

Deku me abrazó, aún en ese estado semi dormido, sin moverse. Sentí su calidez y me envolvió un aroma reconfortante. Extrañamente, me gustaba. Sin pensarlo mucho, me acurruqué tranquilamente en su pecho, como si en ese momento encontrara un refugio cómodo y agradable después de lo sucedido hace un día.

— Te quiero.

— Y yo a ti Kacchan —respondió, su voz salió incluso en su estado somnoliento.

Me lo dijo porque ni piensa ahorita mismo, está todo dormido.

Mientras la felicidad inundaba mi alma por ese momento con Deku, escuché a Kirishima y Denki en la entrada de la cueva. Sus risas y comentarios resonaban, indicando que ya se dirigían hacia nosotros. La serenidad del momento se vio interrumpida por la llegada de los demás.

Mierda, larguense malditos.

— ¡Vayanse a otro maldito lugar ahora mismo! — Grite totalmente enojado cuando Kirishima entró en mi "habitación" por así decirlo.

Demasiado tarde. Ya me había visto.

Cuando me vio, Kirishima se quedó impactado y retrocedió.

— Nos hubieras avisado —comentó con sorpresa.

— No tengo nada que avisarles —respondí, con un tono serio, reafirmando mi posición.

— Todos son iguales. — Alcance a oír a Denki.

Deku despertó y, al ver la situación, soltó una risa. Luego, me miró con complicidad.

— ¿Quieres estar a solas conmigo? —preguntó.

— Todo el tiempo que se pueda, sí. — dije abrazándolo de la cintura.

— Andas muy afectuoso, ¿Los dragones tienen temporadas lunares?

— De que yo sepa no, pero a los humanos nos gusta el afecto.

— Entonces te gusta el afecto, oh gran señor de los dragones.

— ¿Algún problema?

— Ninguno.

— Ninguno

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Amor entre ruinas/BakudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora