Capítulo 5: Después del cielo

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Katsuki Bakugo:

Las nubes tomaron un color muy oscuro para ser normal, a Ruddy y a mí normalmente no nos importaba, pero esta vez, el color del cielo llamó mi atención.

—Ey, Deku, creo que va a llover.

—Hay que bajar entonces.

Descendimos a tierra, pero continué observando las nubes. El cambio repentino de clima estaba mal, y mi instinto me decía que algo pasaba. ¿Pero qué podía hacer yo?

— Deku, quiero que te quedes aquí. Más te vale ir a otro lado.

— ¿Por?

— Voy a echar un vistazo allá arriba.

— Pero es peligroso.

— Eso me encanta.

— Vas a ahuyentar las nubes, ¿o qué?

— No, pero quiero iluminar un poco, tú solo mira.

Volví con Ruddy al aire, pero esta vez arriba de las nubes. Todo era oscuro; no había ningún trueno ni relámpago. Ruddy lanzó algo de fuego para iluminar, y una tira sin forma rondaba por ahí. Me asusté; jamás vi algo así en los cielos.

—Ruddy, por lo que más quieras, no te vayas a distraer, atento.

Apunté con mis manos a la figura, en forma de cuerda en el cielo. Explosiones salieron de mis manos para atacar aquella cosa, pero simplemente no hacía efecto alguno. Era una tira larga, muy larga, parecía moverse, pero no lo hacía.

—¿Qué demonios es eso?—pregunté, incapaz de apartar la mirada.

La luminosidad del fuego al durar unos segundos permitía ver más detalles de la misteriosa figura en el cielo, pero seguía siendo tan desconcertante como antes.

Decidí volver a tierra, algo andaba mal y preferí no saber que era.

Bajé antes de encontrarme con Izuku, deseando que viera un destello del fuego de Ruddy, y sólo lanzó un pequeño destello.

—Wow, eso fue asombroso.

— Vamos a una cueva, Deku.— Aparté rápidamente la mirada.

—¿Y el viaje?

—Vámonos, por favor.

Lo tomé de la muñeca, aún sorprendido por lo que había visto. Caminamos hacia donde mi instinto nos dirigía y entramos en una cueva. Nos sentamos ambos.

— Deku, suena tonto, pero... — Esa figura extraña en el cielo me trajo malos recuerdos.

—Dime, Kacchan.

— Acércate a mí.

Deku me miró extrañado, pero lo hizo.

— Deku, yo, el cielo, no es oscuridad por la lluvia.

— Es imposible.

— No lo es. Existen eclipses, pero no tan oscuros. Eso era algo más, y me preocupa realmente.

—Esperaremos a que pase.

— ¿Podrías? — La idea de lo que iba a pedir me dio algo, no lo sé, y cambié de tema.— Hay que comer algo.

— No tengo hambre realmente, pero podemos ir a explorar.

— No.

— Mi comida favorita siempre fue el katsudon.

— Amo el picante, lo adoro. Nunca he probado esa cosa que dices.

— Es lo mejor. Oye, Kacchan.

— ¿Sí?

Amor entre ruinas/BakudekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora