#44 Cicatrices

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Deambulamos por las vías por unas horas. Hasta la puesta de sol, donde encontramos una nave industrial.

Habían algunos coches abandonados y ni un caminante. Así que era seguro

Logan escogió un coche y yo otro, así tendríamos más privacidad. Tapé las ventanillas con mantas sucias y me cambié de ropa. Llevaba con la misma unos tres días

Que puñetero asco. Aunque tampoco cambiaba mucho a cuando estábamos en la prisión. Pero podíamos lavar la ropa con más frecuencia

Después nos reunimos para comer la carne que guardamos. Encendimos una hoguera dentro de un pequeño contenedor metálico. Así tendríamos luz y podríamos asar la comida

Ya me había acostumbrado al sabor carbonizado y a leña. Se impregnaba a la carne a pesar de tenerla a una distancia prudente del fuego

Entre el sonido de la madera quemándose, escuchamos voces fuera. Eso nos puso alerta a ambos

Nos levantamos rápidamente y mediante gestos, indiqué a Logan que se colocase detrás de un coche, cerca de la gran puerta

Que en realidad era la puerta de un garaje, esto parecía ser un concesionario de pueblo

Me preparé con mi cuchillo y el revolver, esperando a actuar si fuera necesario. Las voces cada vez eran más cercanas, por lo cual apreté con más fuerza el cuchillo

La puerta no se hizo esperar y el chirrido junto a la luz de la luna, nos indicó de que estaban entrando

Miré de reojo hacia la puerta, podía contar a varios hombres, siete para ser exactos. Hablaban entre ellos pero no los escuchaba con claridad

Luego dirigí una rápida mirada a Logan. Ambos sabíamos que hacer

Cuando uno de ellos estuvo lo suficientemente cerca, salí rápidamente de mi escondite para darle con fuerza con la culata de mi revolver

Sin que se lo esperase, golpeé la parte trasera de la rodilla de un compañero suyo, haciendo que se cayese al suelo. Lo tomé del cuello con el cuchillo y con mi mano libre apunté con mi revolver hacia los demás

De reojo pude ver cómo Logan hizo lo mismo con otros dos. Ahora quedaban tres

—Ni un puto movimiento— sentencié mientras apretaba el filo de mi cuchillo en la garganta del hombre que tenía de rodillas

Uno de ellos alzó las manos como signo de paz y se reía, mientras que otro nos apuntaba con su AK-47

—¿Brooke?

Escuché al restante. Se me heló la sangre al reconocer la voz, miré hacia el hombre que quedaba

Daryl estaba ahí, de pie al lado de los dos tipos. Hasta su ballesta cayó al suelo cuando nuestras miradas conectaron

Mi cabeza comenzó a trabajar, pensando en que hacer. Correr hacia él y bajar la guardia o seguir con mi posición defensiva

—Vaya, vaya, así que esta es la famosa señorita de la que me has hablado ¿Eh, Daryl? Joder, no me imaginaba a una mujer así— comentó el que tenía las manos alzadas, que finalmente las bajó —Está bien pelirroja, puedes relajarte

Al ver que no tenía intención de bajar el cuchillo ni el revolver, se acercó a su compañero para apartar el AK-47

—Tranquilo Tony, no son enemigos, ¿Verdad Daryl?

Mi novio lo miró de reojo antes de asentir con la cabeza, para luego mirarme de nuevo. Cuando parecía que todo estaba en orden, yo también bajé las armas, al igual que Logan

Red and black | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora