#6 Dos caminos y un destino

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—Hay que atravesarle la cabeza— opinó Daryl

Estábamos decidiendo que hacer con Jim, él estaba apartado, sentado en la caravana

—¿Querrías eso para ti?— cuestionó Shane, mirándolo

—Si y te daría las gracias

—Nunca creí que diría esto pero puede que Daryl tenga razón— apoyó Dale

—Jim no es ningún monstruo Dale, ni un perro rabioso— habló Rick

—Ni yo digo que lo sea pero...

—Si empezamos a hacer eso ¿Donde trazamos la línea?— interrumpió

—Está bastante claro, tolerancia cero con los caminantes, ni con los que serán— continuó Daryl

—¿Y si encontramos ayuda? Los de control de epidemias buscaban una cura

—No creo que Jim pueda llegar a tiempo antes de morir y resucitar. Además todo se ha ido a la mierda, no habrá nadie allí— dije yo

—¿Y si siguen trabajando?— contradijo

—Tio no te hagas tantas ilusiones— aconsejó Shane, dándome la razón

—¿Por qué? Si queda algo del gobierno, alguna clase de estructura protegerá el centro de control de epidemias. Es nuestra mejor opción. Refugio, protección, rescate...

—Oye Rick— cortó Shane —Sé que quieres todo eso ¿Vale? Y yo también, si es que aún existe debe estar en la base militar Fort Benning

—Está a doscientos kilómetros de aquí — informó Lori

—Asi es y está lejos de la ciudad. Si esa base está operativa habrá muchas armas, estaríamos asalvo

—Los militares estuvieron en primera línea y fueron vencidos, todos lo hemos visto. Epidemias es nuestra mejor opción y la única oportunidad para Jim— insistió Rick

—Tu ve a buscar aspirinas— se burló daryl —Haz lo que te parezca, pero ahora alguien tiene que tener huevos y enfrentarse a este problema

Mientras decía eso, se giró hacia Jim con el pico en alto dispuesto a atravesarlo en su cabeza. Pero en el último segundo Rick cargó su revolver y apuntó a Daryl en la cabeza, haciendo que este se detuviese inmediatamente

—Aqui no matamos a los vivos— avisó Rick

Shane se posicionó entre Daryl y Jim, por si acaso

—Tiene gracia cuando lo dice un hombre que me apunta a la cabeza— ironizó Daryl mientras bajaba el pico

—Tal vez discrepemos en cosas, pero en esto no. Deja el pico en el suelo, vamos— ordenó Shane

Poco después Daryl le hizo caso, clavandolo en el suelo con rabia, a lo que Shane la recogió y me la entregó

—Continua tú, por favor— me pidió, a lo que yo asentí

A los pocos minutos de empezar a clavarles el pico en la cabeza de los muertos, Carol se acercó a mí

Estaba a punto de chafar la cabeza de su marido

—Yo lo haré— se ofreció, pareció casi una súplica

Le entregué el pico y tras unos segundos mirándolo, Carol lo apuñaló

Y así unas tres veces, cada vez con más rabia

—Carol...— le agarré del hombro suavemente para que se detuviera. Ella comenzó a llorar —Sé lo que te hacía... Espero que ahora tú y Sophia podáis estar más tranquilas

Red and black | Daryl DixonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora