𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 𝐈𝐅 𝐘𝐎𝐔 𝐂𝐀𝐍 | Coriolanus Snow [✓]

━━ 𝟒𝟎

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐔𝐀𝐑𝐄𝐍𝐓𝐀
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𝐂𝐎𝐍 𝐔𝐍 𝐒𝐈𝐌𝐏𝐋𝐄 𝐀𝐋𝐈𝐒𝐀𝐃𝐎 𝐃𝐄 𝐌𝐈 𝐂𝐀𝐁𝐄𝐋𝐋𝐎 𝐂𝐎𝐍 𝐋𝐀𝐒 𝐌𝐀𝐍𝐎𝐒, tiré de la mochila negra que llevaba sobre el hombro, abrí la puerta blanca y entré en el salón de clases.

La estructura de la habitación era similar a la de un aula en la Academia, solo que más grande. En lugar de las filas blancas de asientos, me sentaba en una silla de material similar al terciopelo, de color rojo oscuro, que se plegaba en el centro. 

El asiento que elegí estaba justo en la esquina trasera. Allí, podría observar mi entorno y a mis compañeros, evitándolos y desvaneciéndome en el fondo. Pasé años viviendo a la vista en la Academia, siempre sentándome cerca del frente del aula, cada vez que Arachne no me ganaba. 

Todos allí sabían quién era yo y lo que era capaz de hacer. 

Aquí, simplemente puedo existir sin tener que preocuparme de que cualquier otra persona en el edificio sepa quién soy, a menos que yo quiera que lo sepan.

Exhalo un fuerte suspiro mientras coloco mi mochila en el pasillo junto a mi asiento, hundiéndome en él poco después. 

─ ¿Una mañana difícil? ─pregunta una voz, y cuando levanto la vista, Eliot, mi novio, me está dedicando una sonrisa burlona. 

─ Algo así ─hago una mueca.

Él abre la boca para decir "ya te lo dije", porque estuve estudiando hasta la una de la mañana y él me advirtió de que esto pasaría. Levanto una mano, impidiéndole que lo diga, mi mano siendo una advertencia. 

La sonrisa en su rostro crece mientras vuelve a centrar sus ojos en la pluma y el papel frente a él. 

─ Sí, señora.

Él guarda su lápiz detrás de la oreja, como suele hacerlo, cruza los brazos sobre el torso y se recuesta en su silla.

Mi mente se va a otro lugar; perdida en la forma en que sus manos flexionadas se unen a la otra, reposando suavemente contra su fuerte bíceps. Es tan contradictorio consigo mismo que me desconcierta. Es descuidado, mirando distraído al profesor, quien nos instruye en nuestra clase, pero de alguna manera siempre logra obtener la misma calificación que yo, alguien que estudia durante horas y horas. Es delgado y enclenque, pero aún tiene la presencia de un hombre fuerte, y es ingenioso, la persona más ingeniosa y encantadora que he conocido, manteniendo el mayor respeto posible por los demás.

Sabe que lo estoy mirando, puedo verlo en la forma en que sus labios se curvan, pero no le importa. No le importa porque siempre hago esto. Siempre estoy asombrada por él y probablemente lo estaré todos los días que esté sentada a su lado. 

─ Deberías prestar atención ─susurra, pero aún no me mira─. No quiero que vuelvas a quedarte despierta estudiando. 

Muerdo mi labio inferior, conteniendo una sonrisa mientras aparto la mirada de él y miro hacia adelante. Miro hacia adelante, pero no presto atención a la clase que se imparte frente a mí. 

Debería estar tomando apuntes, pero, en cambio, estoy tratando de ignorar la sensación inquietante que me embarga cuando recuerdo qué día es mañana.

El cumpleaños de Sejanus.

Él cumpliría 19 años. Se hará una cena conmemorativa para celebrar su decimonoveno cumpleaños.

Es increíblemente desalentador para mí porque parece que no hace mucho tiempo estaba sentado justo frente a mí en un salón de clases, pero ahora, ni siquiera lo veré de nuevo.

No sé quién estará exactamente allí, pero sería una tonta si no esperara que estuviera Coriolanus. Solo la idea de verlo en la misma silla en la que mi hermano solía sentarse en la mesa todas las noches, me hace estremecer y siento como si hubiera metido su mano en mi interior y estuviera retorciendo mis entrañas con ella. 

No he visto al padre de mi hija desde aquel día en el Distrito 12, y ahora que ha estado aquí durante 2 semanas, no estoy segura de si sentir alivio o enfado porque no ha hecho nada para ver a su hija.

─ Oye ─susurro suavemente, dando un pequeño golpe en el hombro de Eliot, pero finjo que estoy prestando mucha atención al profesor Shapiro que camina de un lado a otro al frente del aula─. Mañana es la cena de cumpleaños de mi hermano. Podrías... ¿podrías cuidar a Janus por un par de horas?

Me mira con las cejas fruncidas y una mueca.

─ Mierda. Sí, claro.

Me está escudriñando con esos ojos color chocolate y puedo decir que está tratando de analizar si algo está pasando en mi mente, pero desearía que no lo hiciera. 

Fruncí los labios y luego bajé la mirada para empezar a tomar apuntes, evitando su mirada. 

─ Gracias. 

© 𝑭𝑨𝑰𝑺𝑻𝑺𝑳𝑼𝑽𝑹𝑹