𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 𝐈𝐅 𝐘𝐎𝐔 𝐂𝐀𝐍 | Coriolanus Snow [✓]

━━ 𝟓𝟎

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐂𝐈𝐍𝐂𝐔𝐄𝐍𝐓𝐀
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𝐀𝐋 𝐑𝐄𝐆𝐑𝐄𝐒𝐀𝐑 𝐀 𝐂𝐀𝐒𝐀, había comprado una segunda y tercera botella de cerveza en una tienda del vecindario que permanecía abierta las 24 horas del día y no pedían identificación.

Ahora, me sentía vacía y destrozada, estaba sentada fuera del edificio de apartamentos al que ahora llamaba hogar. 

En su interior vivían decenas de familias adineradas capaces de costear áticos con suelos de mármol y porteros. El ascensor tenía una pared trasera de vidrio, ofreciéndome una vista clara del Capitolio y sus luces por la noche. 

Mire hacia la grandeza del Capitolio, su imponente silueta bañada en el suave resplandor de la noche. La vista siempre me dejaba maravillada, un recordatorio de los marcados contrastes que existían dentro de esta ciudad. Nunca imaginé que un día viviría en medio de la opulencia que me rodeaba ahora.

Mientras avanzaba por el lujoso vestíbulo, no pude evitar sentir un pinchazo de inquietud. 

No tenía ni idea de lo que estaba a punto de enfrentar. 

Con dos pies que me arrastraban contra el suelo, mi mano temblorosa se encontró con el pomo dorado de la puerta principal de mi apartamento y pronto, la figura ansiosa de Eliot entró en mi campo de visión. 

Había estado sentado con las manos entrelazadas entre las piernas abiertas, encorvado como si acabara de estar allí, mirando al suelo, esperando mi llegada. 

Una vez que escuchó el portazo de la puerta se incorporó de golpe, sus grandes ojos marrones llenos de preocupación se encontraron con los míos. Ni siquiera dudó, simplemente se me acercó y me envolvió con fuerza en sus brazos. 

Él sostiene mi pequeño cuerpo en su cálido abrazo y el aroma del jabón de fresa para niños que aún usa me envuelve. Me hace sonreír a pesar de que mi labio inferior tiemble; es un recordatorio suave de quién es él.

Permanece aquí, simplemente sosteniéndome. No se aparta, ni intenta besarme, ni me pregunta dónde he estado... porque estoy segura de que el olor a alcohol me está envolviendo y además, entré por la puerta con las mejillas manchadas de máscara de pestañas. 

─ Me alegra tanto que estés bien ─es lo primero que me dice. Hay tanto alivio en su voz que incluso puedo sentirlo exhalar contra mí. 

Quiero quedarme aquí. Quiero quedarme en sus brazos y dejar que me sostenga para nunca contarle la verdad de lo que he hecho impulsivamente esta noche. Lo quiero. 

No sé cuánto tiempo ha pasado, pero cuando finalmente se aparta, mantiene dos manos suaves en los lados de mis brazos. Analiza mis ojos enrojecidos con sus preocupados ojos marrones y no creo haber visto a alguien tan preocupado en mi vida. 

Él no me pregunta si he estado bebiendo porque es algo obvio. Pero a pesar de las botellas que me bebí de un tirón, la culpa superó cualquier cantidad de alcohol que pudiera haber ingerido en mi sistema. 

Es entonces cuando noto su cabello, su pelo castaño que suele lucir de manera tan ordenada, ahora está en direcciones diferentes y parece como si hubiera pasado las manos por su cabeza, al menos un millón de veces. 

─ ¿Dónde has estado? ─me pregunta, moviendo su mano para sostener mi mejilla y la sensación me hace estremecer. 

El hombre que amo está frente a mí y es tan bueno, amable, gentil y todo lo que no soy yo, se preocupa mucho por mí... pero lo que he hecho es imperdonable. 

Aparto la mirada y abro la boca para decir algo, pero no salen palabras. Niego con la cabeza. 

Él intenta encontrarse con mi mirada una vez más, y puedo sentir la ansiedad emanando de la palma de su mano sobre mi mejilla húmeda. 

─ Mari, ¿pasó algo?

Sé lo que se está preguntando, y no es "¿estuviste con Coriolanus?", sino "¿alguien te hizo daño?

Niego con la cabeza. 

─ Solo necesitaba desahogarme un poco. 

Él asiente, lentamente, pero con seguridad; se lo cree, pero no del todo. Pero no dice nada más. En cambio, me abraza de nuevo y el resto del mundo desaparece.

© 𝑭𝑨𝑰𝑺𝑻𝑺𝑳𝑼𝑽𝑹𝑹