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En el mundo mágico finalmente reinaba una paz resplandeciente y una calma que jamás se había vivido desde hace siglos cuando a penas la magia había empezado a surgir en los seres humanos y comenzaba a formarse ese mundo repleto de diversidad y múltiples magos. Harry, como era de esperarse había quedado plasmado en la historia de la magia como el héroe que los había salvado a todos, aquel que demostró un desempeño superior y regible ante el señor tenebroso pero lo que no contaban aquellas páginas de dicha historia era el padecer que aún perseguía el cerebro del elegido, tanta pérdida, tanto dolor y tantos padeceres por los que tuvo que pasar para otorgarle paz a un mundo que no había hecho nada por él una vez que todo acabó, nadie nunca hablaba con él sobre lo que perdió, nunca se le consideraba más allá de el elegido que lo dió todo en batalla, no se mostraba todo lo que psicologicamente tuvo que traspasar hasta el día de hoy aquel niño y ahora hombre que seguía en silencio recordando cada gota de su amargo pasado.

La noche aclamaba una calma tan pacífica y silenciosa y reinaban los grillos con el característico sonido, sobre la terraza de su hogar se encontraba Harry con los brazos recargados en la barandilla mientras sus dedos sostenían un cigarro, para ser más exactos el quinto que se fumaba en menos de dos minutos, de manera irreconocible para cualquiera que lo viese a lo que fue antes, sus brazos tatuados, mucho más corpulento por las actividades como auror que desempeñaba y un mejor gusto para la ropa que decidía utilizar a palabras de Hermione, la mente de Harry divabaga mientras le daba una calada a aquel cigarro y sentía la paz recorrer su cuerpo conforme el humo salía de sus pulmones, detallando las estrellas, las nubes pasajeras y luego posar su mirada sobre el típico rojizo de la punta de su cigarro que se iba consumiendo. Pocas veces recordaba su pasado y cuando lo hacía diversas emociones le llegaban, desde la tristeza, nostalgia, enojo e incluso satisfacción.. Sólo él y nadie más que él recordaba con lujo y detalle aquella noche en esos baños en desuso con nada más y nada menos que Draco Malfoy, los golpes, la sangre, el maltrato.. Era una sensación que Harry jamás había vuelto a sentir después de eso y se obligó a ocultar con afán de sus pensamientos pero era imposible detener su cabeza cuando regresaban imágenes de aquello por más mínimo que fuese, sentía su estómago con una sensación extraña mientras movía el cigarro sobre su mano y con el destello de aquel rubio sobre su mente acercó aquel cigarro sobre su mano quemándose con la punta, la sensación de dolor lo invadió de inmediato haciéndole erizar mientras sobre su mano se dibujaba aquella marca de quemadura pero aquel escalofrío que Harry en silencio amaba y extrañaba..

—Finalmente logré que se durmieran. —Una voz femenina salía a la terraza con una mirada cansada y sonriente, Ginny con cautela se acercó a la espalda de Harry para abrazarlo y suspirar.

Los pensamientos de Harry se rompieron de inmediato y alejó el cigarro de su mano para así lanzarlo al suelo y apagarlo, su corazón se contrajo y dibujó una sonrisa tranquila en su rostro intentando mostrarse pacífico cuando hace segundos su mente estaba dibujando imágenes completamente impuras e insanas.

Cómo era de esperarse, luego de que el sexto año en Hogwarts concluyera y Harry corriese en la búsqueda de los horrocruxes tuvo mayor contacto con Ginny por quién había desarrollado un amor juvenil y vívido, Harry la quería y ante la separación de todos en el colegio se dio cuenta de que realmente le atraía, lo que comenzó como un pequeño romance se transformó en un matrimonio estable y más adelante en una familia, para Harry se supone que no había nada de lo que pudiese quejarse y así sería de no ser por esa parte carnal, sádica y morbosa que se retorcía en las entrañas del elegido, era un lado que nadie conocía a excepción de Malfoy y jamás se permitió siquiera preguntar o intentarlo con Ginny porque no era una necesidad que despertara con ella y fue por ello que Harry se sintió completamente mal cuando ella apareció justo en el momento en el que sus pensamientos volvían a tiempos pasados.

El amo y el siervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora