II

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—¿Qué opinas al respecto, Harry? —Kingsley volteó a ver a Harry esperando una respuesta mientras todos en la sala miraban al moreno.

Harry todavía seguía perdido observando al contrario, no se habían visto desde el juicio donde Harry abogó por él y por su madre y había cambiado muchísimo desde entonces, se notaba todavía más alto, con un poco más de masa muscular, sus rasgos seguían siendo finos pero ahora rústicos por los años con un fantasma de lo que fue una barba sobre su rostro y el cabello largo, no lo suficiente como para ser amarrado en una coleta pero sí como para llegar a un poco más abajo de sus orejas y eso simplemente hacía realzar todas sus facciones, seguía teniendo la misma intensidad en sus ojos, los mismos labios rosáceos, ligeramente gruesos y llamativos y los dedos cubiertos de anillos.

En ese momento Harry salió de aquel trance y fue cuando por fin desconectó su mirada de la de Malfoy, de repente sentía la boca seca y el palpitar aún sobre sus oídos, no había prestado atención a nada de lo que habían conversado y su rostro de desacierto se notaba.

—¿Sobre qué? —Expulsó con su voz ronca como si hubiese pasado años sin dirigirle palabra alguna a alguien.

—De lo que conversamos, ¿no escuchaste nada?

El rostro de Kingsley estaba fijo en Harry y este negó sintiéndose de repente apenado por haber viajado al espacio y haber vuelto sin aviso alguno pero si le hubiesen avisado que Malfoy estaría allí, en definitiva no habría entrado.

De repente un ligero enojo le inundó.

¿Por qué iba a permitir que su llegada afectara su tranquilidad? Con un suspiro volvió a su faceta inquebrantable mientras tomaba una posición imponente.

—Hemos estado conversando sobre la protección que hay que otorgarle a la familia Malfoy, ya es la tercera vez esta semana que las protecciones de la mansión se han visto afectadas por un tipo de intrusión.

—¿Mhm? —Musitó Harry demostrando que estaba prestando atención a dicha conversación de la cuál intuía, no se trataba sólo de eso.

—Estamos al tanto de esta situación desde hace meses pero no habíamos hecho mucho al respecto ya que creíamos que eran simples bromas que querían hacerle a Malfoy por su historial y el rencor que aún le tienen a los ex mortífagos pero ya esto ha estado escalando y los intentos de irrumpir en la mansión crecen. —Kingsley hablaba con calma explicando el tema ya conversado.

Harry sentía por alguna razón que la conclusión de todo aquello no iba a agradarle y no estaba dispuesto a tomar una posición que tuviese algo que ver con el rubio el cual no apartaba la mirada de Harry y ese hecho le tenía los vellos de punta pero se negaba a dejarse sucumbir.

—Y, el asunto es que Malfoy ha venido personalmente a pedir que hasta que no se detengan esos ataques, se le otorgue protección. —Esta vez fue Ron quién expuso mirando a Harry con esa mirada de "Sí, es lo que crees"

—Veré los archivos de los aurores y les haré saber los que estén mejor capacitados para la tarea. —Harry había soltado sin posibilidad de que se refutara lo que había dicho.

—No hay actualmente ningún auror capacitado o siquiera considerado como útil para algo más allá que no sea detener las discusiones de los borrachos en las calles y lo sabes. —Kingsley insistía de una manera razonable y aunque intentaba ser pacífico, Harry estaba perdiendo la paciencia porque sabía lo que estaba insinuando.

—Creo que tengo cosas más importantes que atender que hacer de niñera.

—¡Harry! —Hermione en la silla se sintió plasmada por la respuesta de su amigo mientras Ron por lo bajo reía.

El amo y el siervoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora