CAPÍTULO 5

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El fuego de la chimenea ya eran tan solo brasas cuando los Pevensie y la Profesora Plummer terminaron de aclarar lo sucedido. Aquella noche, a pesar de ser aún septiembre, el viento chocaba contra las paredes y se filtraba por los rincones de aquella apartada zona del castillo. Pero alrededor de las brasas el ambiente, aunque tenso, era cálido.

Los parpados de Edmund comenzaban ya a pesar, pero más lo hacía la urgencia que le acechaba. Se incorporó levemente en el sofá.

- Entonces, si no he entendido mal. Lo que el Señor Tenebroso quiere saber... - comenzó a decir el Slytherin - ... es como Digory y tú conseguisteis viajar entre mundos.

- Exactamente – dijo Polly.

- Pero tú... no recuerdas ese detalle de vuestra historia – prosiguió Edmund con pesadumbre.

- En absoluto, está totalmente borrada – dijo Polly – pero yo creía...

- Que el profesor nos había contado cómo – terminó Susan.

- Pues no es así – dijo Peter con nerviosismo – nunca entró en el detalle de cómo viajasteis.

- Pensábamos que Narnia simplemente te llama, y acudes – dijo Lucy – si pudiéramos elegir volver...

- Nosotros estuvimos en el inicio, en la canción de Aslan... - dijo Polly – viajamos por otro medio. Tenía que ver con el tío de Digory.

- ¿Y el armario? ¿Qué fue del armario? – preguntó Susan.

- Digory lo destruyó, o lo escondió... nunca me lo dijo – dijo la nueva profesora.

- De todas formas, el armario no funciona si Narnia no te llama – dijo Lucy.

- La gran pregunta es – dijo Peter – nosotros no tenemos toda la información, nos falta la pieza clave... pero ¿y Voldemort? ¿Tiene los medios para conseguir esa información?

Los cinco se quedaron callados durante varios segundos, con tan solo el sonido del viento como banda sonora. Polly fijó su mirada de nuevo en el fuego, o lo que quedaba de él, pensativa.

- Andrew Ketterley, el tío de Digory – dijo la anciana en un tono reminiscente – era un hombre horrible. Obsesionado con dos cosas: la sangre pura y la existencia de otros mundos. En concreto, como viajar entre ellos.

- Eso nunca nos lo contó el profesor – dijo Susan.

- Pensó que una sangre sucia era la mejor opción para un experimento – dijo la anciana – no recuerdo como ocurrió, pero me engañó... y viajé.

- ¿Qué fue de él? – dijo Edmund con rabia - ¿Con el tío del profesor?

- Tras conocer a Aslan, no volvió nunca más a las andadas – dijo ella – apartó el tema, hasta que años después murió. Realmente hubo un cambio en él, ni siquiera parecía importarle ya el tema de la pureza de la sangre.

- Nadie queda indiferente ante Aslan – dijo Lucy con una sonrisa.

Polly sonrió y asintió, mientras acariciaba el pelo de la muchacha. Lucy volvió a sonreír.

- ¿Tenía el profesor más familia? – preguntó Susan - ¿fue Andrew quién descubrió el secreto? ¿La existencia de otros mundos?

- El secreto vino de su madrina, la Señora Lefay. Todos la tomaban por loca, pero consiguió arrastrar a Andrew a creerla antes de morir.

- Otro cabo suelto – dijo Edmund llevándose las manos a la cabeza.

Susan por su lado, apuntaba todo lo que la profesora iba diciendo en una hoja de pergamino que había sacado de la mochila, bajo la atenta mirada de Lucy. Peter era incapaz de estar sentado, y daba vueltas a la estancia sin parar.

BEYOND TIME (ES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora