CAPÍTULO 18

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Hogwarts volvió a su revuelo habitual con el partido de Quidditch. Los alumnos dejaron a parte cualquier otra preocupación para centrarse de nuevo en la rivalidad entre Gryffindor y Slytherin. Hufflepuffs y Ravenclaws se posicionaban para el que sería el partido más competitivo del trimestre.

Era en estos momentos cuando Edmund Pevensie se sentía uno más en su casa de Hogwarts. Ese día no era sospechoso de ser miembro de la Orden, ni un "traidor". Ese día, los alumnos de su casa se alegraban enormemente por las habilidades que el muchacho poseía sobre la escoba.

Se encontró rodeado de gente en el comedor, riendo y comentando la agrupación de los Gryffindor. Ron Weasley parecía ser el tema del día: que si había sido "enchufado" por Potter en el equipo, que si no sabía jugar como sus hermanos...

Edmund giró la cabeza para contemplar al muchacho pelirrojo, que estaba totalmente pálido, girando la cabeza de un lado a otro, como mareado, mientras Hermione y Harry procuraban animarle.

Astoria caminó hasta su sector de la mesa, sonriendo levemente a su amigo, pero cuando contempló al equipo que le rodeaba siguió andando hasta pasar de largo y sentarse unos metros más lejos junto a Úrsula Flint, una muchacha de quinto con la que parecía llevarse bien.

Edmund sintió un poco de pena, pero algunos de sus compañeros no tardaron en distraerle.

Salieron con tiempo del comedor, rumbo a el campo de Quidditch, absortos en su conversación sobre jugadas maestras y planificaciones. Fue entonces cuando Edmund vio a alguien que llamó su atención.

Diciendo a sus compañeros que se adelantaran, se desvió hacia el lado izquierdo del pasillo, donde una muchacha con un sombrero de león gigantesco estaba sentada. La cara de Luna Lovegood asomaba entre las fauces de tela del león, sonriente.

- Menudo disfraz, Luna – dijo Edmund con una sonrisa.

- Lo he hecho yo misma

- Es una pasada – dijo él – hubiera preferido una serpiente, pero el león te queda bien.

- Gracias – dijo ella con una sincera sonrisa.

- Espero que al menos me desees suerte – dijo él.

- No lo haré, Ed – dijo ella, con una dulce pero directa sinceridad – hoy voy con Gryffindor.

- Eso ha quedado claro.... -dijo él, riendo.

- ¡Pevensie! – gritó uno de sus compañeros junto a la entrada.

- Debo irme... - dijo caminando hacia atrás – de nuevo, estás... impresionante... eh, muy guapa.

Luna sonrió una última vez antes de que Edmund se girara corriendo de camino a la salida. Hacía años que no lamentaba haber sido seleccionado para Slytherin en vez de Gryffindor. Pero hoy, por un instante, le había vuelto a ocurrir. Y, aun así, avanzaba rumbo al campo con una sonrisa.


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Susan estaba preparada. Sentada en su cama, observaba el movimiento desde su ventana. Los alumnos, con ambiente festivo, avanzaban en grupos rumbo al campo de Quidditch. Alguna que otra escoba avanzaba en el aire unos cuantos metros más debajo de la torre. Había fingido estar enferma, para evitar las preguntas sobre porque no acudía a ver a su hermano o Roger jugar.

Pero tenía cosas más importantes que hacer. Abrió el mapa una vez la torre se quedó en silencio, y vio que Malfoy seguía solo en su habitación, en la sala común de Slytherin. Él tampoco había acudido, ahora solo tenía que esperar a que se moviera.

BEYOND TIME (ES)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora