La película estuvo buena, pero no mejor que los besos que Dereck me regala. Sus comentarios estaban en el momento correcto para hacerme reír y cada vez que me sonreía me robaba un pequeño, pero tierno.
Sonrisas, miradas, caricias, risas, celos. ¿Qué significaban? Pensar en eso era una verdadera molestia para mí. Dereck nunca iba a sentir nada hacía mi, pero era mas que obvio que íbamos a casarnos y por lo menos, debíamos llevarnos bien. Y no lo culpo, yo no quería una mala relación con el hombre con el que pasare mi vida, o por lo menos eso es lo que creo.
-¿En qué pensabas?-me susurró al oído cuando íbamos saliendo. Gire la cabeza para sonreírle antes de contestar a su pregunta.
-En nada.-dije finalmente. Dio un beso sobre mis labios.- Debo ir al baño.-comenté.- ¿Me esperas?
-No, claro que no, Elmo me llamó y debo irme con el.
-¿Elmo?-pregunte sin entender.- ¿El rojo?-agregué provocando su risa.
-Vamos, ve, aquí te espero.-dijo antes de soltarme la mano. Negué con la cabeza dándole a entender que su locura no tenía cura y luego caminé por el largo pasillo que daba a los baños.
Entre y había bastante gente. Espere mi turno y pronto salí. Lave mis manos y camine de nuevo por ese pasillo para luego encontrarme con Dereck apoyado sobre la pared. Estaba esperando mientras movía sus pies impacientemente.
-Listo.-tomé su mano. Me sonrió.- Había mucha gente.-expliqué. Asintió y comenzamos a caminar.
-Entonces. . .-dijo mirando vidrieras.- ¿Vamos a comprar ropa o no?
-Hey, ¿Tu que crees?-le di un leve empujón. Rió.- Me lo prometiste Rasend's.
-Bueno, si, si, solo preguntaba.-dijo.- ¿A cuál primero?
-Tú elige, esa o esa.-señalé las dos primeras opciones.
-Esa.-señaló y entramos.- Bien, solo una condición.-levantó su dedo.
-Dime.-alcé la barbilla impacientemente.
-Debo ver todo lo que te pruebes.-condicionó. Reí y asentí.- No te tardes mucho.
-Ahí ya hay dos condiciones.-dije.- O te muestro lo que me pruebo o no me tardo mucho.
-La primera.-eligió.
-Vamos, ya déjame ver la ropa.-tomé su mano y caminamos hacía la parte de pantalones, faldas y zapatos.
Pantalones, de distintos colores y modelos, faldas de todo tipo. Entraba y salía del probador cada cinco segundos y Dereck aprobaba o desaprobaba con la cabeza. Esta si, esta no, esta si, esta no, entrar, salir, sacar, poner, modelarle y sonreír.
-Ese me gusta.-dijo al ver el vestido negro- Me gusta como te queda.-agregó. Di media vuelta y contemplé mi figura frente al espejo. Dereck se puso detrás de mí.
-¿En serio te gusta?-pregunté posando mientras me observaba con detenimiento.
-Me encanta como te queda.-sonrió. Ambos mirábamos mi cuerpo a través del espejo. Levanté la mirada y encontré la suya atenta a mis labios. Le sonreí.- ¿Sabes? Puedes usarlo pasado mañana cuando salgamos con Ryan y las chicas.-dijo sonriente.
-¿Las chicas?-volteé a verlo. La chispa en mi mirada desapareció, otra vez esos celos se hicieron presentes.
-Si.-me dijo. No comprendí.- Ryan siempre fue de andar con más de una.-explicó.¡Que asco!
-A mi me molestaría salir con un chico y encima compartirlo.-admití y volteé de nuevo a verme en el espejo.- Bueno, cambiando de tema.-le dije. Me escuchó atento.- ¿Lo llevo?
-Si, si, si, si, si.-sonrió.
-Okey, vete que me quito el vestido, aparte tienes que cuidar las demás bolsas.
-Bueno, bueno, no me eches de esa manera.-hizo un puchero y dio media vuelta.
-Rasend's-llamé su atención.- Te olvidas de algo.
-¿De qué?-preguntó sin entender. Me acerqué y besé sus labios. Sonrió.- Ahora si me voy.-dijo antes de salir y cerrar la puerta de madera.
Volví a ponerme lo que traía cuando salimos del hotel. Cuando salí Dereck ya estaba pagando y con todas las demás bolsas de las otras tiendas, en las manos y brazos. Reí y tomé las del mostrador.
-¿Este vestido también?-preguntó la chica que cobraba. Dereck asintió. Presionó algunos botones y levantó la mirada.- $1.324 –dijo. Dereck sacó su billetera. Fruncí los labios sabiendo que era una gran cantidad como para gastar en solo un vestido, tres camisas y una suéter.-Dereck no tienes que comprarlo, está todo bien.-dije a su oído. Ignoró mis palabras y sacó su tarjeta de crédito.-Dereck.-insistí. Me miró y besó mi mejilla.
-Tú tranquila.
-De verdad, puedo usar lo que ya tengo.-dije. Negó con la cabeza y le entregó la tarjeta a la vendedora.
Y aunque me quejé un par de veces más, fue en vano.
Salimos de la tienda con más bolsas de las que esperaba llevarme. Dereck iba concentrado en mirar que no se le cayera nada. Sonreí, su ceño fruncido lo hacía verse aún más atractivo de lo que ya era. Desvió la mirada y se encontró con la mía.
-¿En qué piensas?-preguntó sonriente.
-Siempre preguntas en qué estoy pensando. ¿En qué piensas tú?
-En cómo hacer para no perder ninguna bolsa.- dijo y añadió algunas risas.
Entre risas y miradas, llegamos al auto. Guardamos todo en la maleta del auto y nos subimos cada uno en el lado que correspondía. Abroche el cinturón cruzando mi cuerpo y Dereck hizo lo mismo, segundos después las ruedas del carro rodaban por la calle.
-Dime. . .-dijo sin quitar la vista del camino.- ¿Cuántos novios has tenido en tu vida?-preguntó sin titubear.
-¿Para qué necesitas esa información?
-Será que quiero conocerte más.-respondió frenando en una esquina. El semáforo marcaba rojo.
-Bueno.-dije acomodandome sobre el asiento.- Pues he tenido dos, pero nunca fue nada serio.- respondí cuando el auto se ponía en marcha otra vez.
-Sigue.-me incitó a contarle más.
-¿Qué más debo decirte?
-Detalles.- Su sonrisa era amplia y dejaba a la vista una perfecta hilera de dientes blancos. Me dedicó una pasada de ojos y volvió la vista al camino.- Vamos, tengo derecho a saberlo.
-¿Y si no quiero contártelo Rasend's?-pregunté en un cantito.
-Hey.-dijo divertidamente.- Yo haré preguntas y tú las respondes.-añadió. Sonreí, me gustaba la idea de que él me quisiera conocer más.
-Bueno, anda pregunta.-dije haciendo una mueca rara a la que él respondió con una risa.
-¿Los nombres?-alzó la barbilla.
-Rubén y Oscar.-respondí sin dar vueltas. Sonrió para seguir preguntando.
-¿Cuál fue el primero y a que edad?
-Oscar y tenía trece años.-respondí.
-¿Y él cuántos años tenía?
-Quince.-sonreí.
-¿Cuál fue el segundo y qué edad tenías?-hizo la misma pregunta pero de otra manera.
-Rubén y tenía catorce.
-¿Y dejaste a Oscar por Rubén?
-No, digamos que Oscar se aburrió de mí y se fue con una más grande que él.
-¿Te dejo por otra?
-No, estuvo conmigo mientras estaba con la otra a la vez.-sonreí de lado. Dejó escapar una risita casi inaudible.- No es gracioso Rasend's.-dije cruzando mis brazos.
-Es verdad, es triste, no gracioso.-me dijo haciéndose el sabiondo. Reí y me siguió con la mirada mientras estacionaba el auto frente al hotel.
-Cuando subamos, te toca a ti hablarme de tus novias y demás.-dije abriendo la puerta. Dereck me sonrió.
Mi novio hizo entrega de la llave a un empleado del hotel, quien se encarga de estacionar los autos en el lugar correspondiente. También pidió que nos llevaran las bolsas a la habitación.
Ya con ambas manos libres, me tomó de la cintura para entrar al hotel, donde la primera mirada que recibimos fue la de James, quien hizo notoria su cara de fastidio. Dereck le dedicó una sonrisa de victoria y llamó al ascensor mientras recibía una mirada asesina de mi parte. El ascensor comenzó a ascender mientras Dereck acomodaba mi cabello al costado de mi rostro. Salimos de allí y nos metimos en la habitación. Me tiré sobre la cama y me quité las zapatillas tirándolas sobre la alfombra. Dereck se metió al baño y al salir se tiró a mi lado pero boca abajo. Uno de sus brazos rodeó mi cuerpo y besó mi mejilla.
-La primera, se llamaba Franchesca.-confesó sin que antes preguntara.
-No me interesa.-dije.- Ahora eres mío.-aprecié sus ojos café que resaltan con la luz de la habitación.
-Todo tuyo.-respondió sonriente.
-Todo mío.-remarqué sin vergüenza alguna.-Y cuando digo todo, es todo.
-Picarona resultaste ser.-dijo entre pequeños besos en la comisura de mis labios. Dio la vuelta y en un segundo me tenía sobre él. La vergüenza que minutos atrás no existía, ahora se hacía presente.- Quiero hacerte el amor.-declaró antes de besarme.