I - Filet Mignon

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El sonido chirriante de los grillos le afinaba los sentidos, era parecido al ruido que producía la madera bajo sus botas de lluvia. 

El cuchillo brilló en su mano, sus músculos se tensaron con el golpe que arremetió al conejo en su mesa. Chilló antes de desangrarse. 

La sangre cayó en la mesa y se extendió hasta chorrear el suelo. Sus botas pisaron la misma, el olor a putrefacción no faltaba en el aire. 

La porosidad de la madera absorbía parte del líquido, la descomposición entre las ranuras era inevitable. 

Los conejos no eran novedad para él,  eran tontos y fáciles de casar. 

Fáciles de matar, pequeños y estúpidos. 

Desolló arrancando la piel con meticulosidad. Asegurándose de mantener la carne en perfecto estado. Conejos tontos e insignificantes. 

Los tendones entre las articulaciones se exponían al reventarlas, rebosando sobre la sangre y grasa. 

La hoja filosa dejaba marcas en la tabla con cada golpe. 

Los huesos crujían hasta ceder al golpe y quebrarse, líquido rojo salía de su pulpa. 

El pelaje era molesto y le amargaba.  Por eso prefería presas jóvenes, conejos jóvenes con el pelo más cuidado. 

Le abrió la boca exponiendo los dientes del cadáver, observó su calidad. Eran buenos para hacer pequeñas pulseras; las vendía en el mercado con facilidad. Bufó. Estaban partidos. Abusó de su fuerza cuando la criatura trató de escapar. 

Guardó los trozos musculares de mejor aspecto en pequeños sacos de tela gruesa. El frío del clima exterior mantenía la carne en buen estado. 

Limpió la zona con agua, jabón de grasa y un trapo. La espuma no era blanca, no olía a flores, pero le ayudaba a retirar gran parte de la sangre coagulada. 

Los conejos machos sabían mejor y eran mejores acompañantes en diferentes platos, fáciles de persuadir y capturar, al contrario, las hembras eran difíciles de cazar y causaban mucho revuelo entre las demás hembras; algunos machos se alteraban por ello y trataban de migrar por miedo a otra pérdida. 

CARNE BL +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora