PERDIDA

7 3 0
                                    

Desde que vi tus ojos, supe que tenía que hacerlos motivo de poemas, desde que probé tus labios me di cuenta de que eran motivo de canciones, el olor de tu perfume me daba dolor de cabeza y aunque nunca supe porque con certeza, me di cuenta de que imaginarme ese olor que sin darme cuenta se había vuelto adictivo para mí, no era razón de cordura, escuchar que teníamos las mismas opiniones de aquellas películas donde Gostface era el centro de atención, y saber que otras cosas pasaban por tu mente me llenaba de tentación,  hasta que me di cuenta, que no todo era color rosa pastel, que me hicieras ver el cielo rojo cuando en realidad siempre fue de color celeste, no estaba bien, que yo misma me atacara pensando que hacía mal, era peor y cuando por fin decidiste cambiar, fue demasiado tarde yo ya había comenzado a caminar en dirección contraria a donde disparaba el sonido de tu pecho…

ENCICLOPEDIA DE UNA MENTE DIFERENTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora