Me bañé, pero el olor de serte fiel no se me quita.
También me lavé la boca, pero el sabor de tus labios no se va.
Me puse un suéter, pero el calor de tus brazos no se me olvida.
Me acaricié yo misma, pero nada se compara a tus manos.
Cerré los ojos, pero el recuerdo de tu mirada no se me escapa.
Hice reír a mis amigos, pero ninguna de esas carcajadas se igualaba a tu risa.
Has dejado marcas en mi piel, mente y corazón.
ESTÁS LEYENDO
ENCICLOPEDIA DE UNA MENTE DIFERENTE
RastgeleA veces simplemente debemos dejar que el reloj corra, que los días en el calendario pasen y que nuevas oportunidades comiencen, sólo nos queda disfrutar de todo lo bueno que venga y de los malos ratos... Este no es un libro con protagonistas o de fi...