¹𝐒𝐓𝐀𝐘 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐌𝐄||𝐂.𝐇.[✔︎]

♧ 𝗦𝗧𝗔𝗬 𝗪𝗜𝗧𝗛 𝗠𝗘 𝟮𝟵

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𝗦𝗧𝗔𝗬 𝗪𝗜𝗧𝗛 𝗠𝗘 || 𝗰𝗶𝗻𝗰𝗼 𝗵𝗮𝗿𝗴𝗿𝗲𝗲𝘃𝗲𝘀

𝟮𝟵

[𝗯𝘆 𝗰𝗲𝗹𝗲𝘀𝘁𝗲𝗵𝗮𝗿𝗴𝗿𝗲𝗲𝘃𝗲𝘀_]

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AÑOS DESPUÉS

2019

________ Hargreeves:

Estaba en la cocina, mientras hacía la salsa de tomate para la pasta. Música jazz sonaba de la bocina. Me movía al ritmo de la música con una enorme sonrisa.

Nueva York siempre fue mi ciudad soñada, y, al tener un apartamento aquí fue un sueño hecho realidad.

—If there will never ever be another you?— canté con alegría.

Perdí contacto con todos mis hermanos, excepto con Klaus. Le hablaba a menudo. 

Algo que me había preocupado es que él estaba en el mundo de las drogas, pero logré que fuera a un centro de rehabilitación que yo le pagué y estaba más tranquila.

Hace un par de días había muerto Reginald. No asistí al funeral. No quería hablar con mis hermanos ni sentía que Reginald se merecía nuestras lágrimas. Jamás lo consideré mi padre y, en realidad, no lo era. Sólo le hablé a Klaus un día antes para preguntarle si él estaba bien. 

—Chet Baker— sonrió Ian mientras se acercaba a mí con una sonrisa —buena elección.

—Gracias a ti me adentré al mundo de jazz— solté una pequeña risa.

Sentí un beso en mi mejilla.

—¿Qué cocinas?— oí su voz alegre mientras él me abrazaba por detrás.

—Espagueti a la boloñesa— respondí —el favorito de Leo.

—Excelente— dijo y se alejó de mí —¿te ayudo en algo?

—¿Puedes poner la mesa?

—Claro— oí su voz y fue al cajón donde estaban los cubiertos.

Revisé que las albóndigas ya estuvieran hechas y sonreí cuando verifiqué que ya lo estaban.

—Por cierto, tu madre me habló hoy— comentó —dijo que deberíamos reunirnos para el cumpleaños de Nathan el fin de semana.

Asentí varias veces —estaría bien.

Había terminado de hacer la comida e Ian había terminado de colocar la mesa y hacer el agua.

—Iré por los niños— informó y sonrió.

—Leo está jugando videojuegos— dije —y Nathan está tomando una siesta, el fútbol lo cansó demasiado— solté una pequeña risa.

Él acompañó mi risa y besó mis labios.

—Vuelvo en un segundo— sonrió 

Asentí levemente y él se retiró de la cocina. 

De repente, el teléfono de la cocina comenzó a sonar. Me dirigí a él y atendí.

—Hola, ¿quién habla?— pregunté mientras colocaba el teléfono en mi oreja.

—Hola, _______— oí la voz de Klaus.