¹𝐒𝐓𝐀𝐘 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐌𝐄||𝐂.𝐇.[✔︎]

♧ 𝗦𝗧𝗔𝗬 𝗪𝗜𝗧𝗛 𝗠𝗘 𝟵

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𝗦𝗧𝗔𝗬 𝗪𝗜𝗧𝗛 𝗠𝗘 || 𝗰𝗶𝗻𝗰𝗼 𝗵𝗮𝗿𝗴𝗿𝗲𝗲𝘃𝗲𝘀

𝟵

[𝗯𝘆 𝗰𝗲𝗹𝗲𝘀𝘁𝗲𝗵𝗮𝗿𝗴𝗿𝗲𝗲𝘃𝗲𝘀_]

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2004

________ Hargreeves:

Estaba molesta con Cinco, por lo que sólo veía la ventana para evitar cualquier plática con él.

El ambiente estaba incómodo, a decir verdad, pero aquello no me importaba. Él no debió de decir eso.

Por otro lado, una parte de mí se sentía feliz por mi madre, que al fin había tenido la vida que tanto había querido. Pero, la otra parte de mí se siente decepcionada y frustrada, porque en serio quería que mi madre me esperara.

Yo sabía que ella me amó demasiado. Yo sabía que ella pensaba que iba a tener una mejor vida si me iba con un señor multimillonario a quedarme con ella, que día a día buscaba dinero para comer.

Solté un suspiro y, sin querer, una pequeña lágrima recorrió mi mejilla, pero la quité de inmediato.

De repente, oí que Cinco bufó.

—Debe de ser una broma— dijo entre dientes.

Lo miré confundida para descifrar el porqué de su actitud, pero lo descubrí al ver que se estaba orillando y el vehículo estaba avanzando más lento.

Estacionó el carro a la orilla y se bajó de él. Le dio la vuelta y caminó hacia la llanta derecha trasera, para luego maldecir.

La llanta se había ponchado.

Me bajé del carro y miré la llanta. No había forma de irnos de aquí, pues faltaban dos horas todavía y la llanta estaba totalmente ponchada.

—Increíble— sonreí falsamente —¿sabes cambiar la llanta?

Cinco negó.

Eso significaba que tardaríamos en llegar, pues ninguno sabía cambiarla.

—Creo que tenemos que hacer señas para que nos ayuden— suspiró.

—Esto no puede estar pasando— susurré.

Tenía que pasar más tiempo con la persona con la que menos quería estar. Esto era una mala jugada del destino.

—¿Sabes qué? Buscaré un teléfono y un número de alguna grúa o mecánico— dije decidida —o quizá encuentre un manual de cómo cambiar la llanta.

Caminé hacia mi asiento y abrí el pequeño compartimento de enfrente y, como sospeché, ahí había un mapa del país y un manual con varios números de grúa.

Sólo que había un problema, ni Cinco ni yo teníamos teléfono.

Mierda.

Abrí el mapa y lo que pude ver fue que había muchos postes de SOS cerca de nosotros. Esto era una buena noticia.

—Hey, Cinco— lo llamé, ocasionando que viniera y se colocara a mi lado —hay varios teléfonos SOS a unos kilómetros— le señalé —uno puede ir al teléfono y el otro se queda a cuidar el carro.