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☃︎ 𝒥𝒶𝓀ℯ.

31 de diciembre.

Imagina lo siguiente:

Tal vez no tengas un amigo llamado Ni-ki, con acceso a la llave del estudio de cocina de su famosa tía.

Pero te encanta ser uno de los beneficiarios de los tesoros que acompañan a dicha llave.

Delicioso. Crujiente. Ñam, Sunghoon.

A cambio del ya mencionado privilegio, tal vez exista la posibilidad de recurrir a una tía abuela apodada Sra. Basil E. y pedirle que telefonee a un primo llamado Beomgyu y, con la arenga correspondiente, conseguir la llave de una clase de reino completamente diferente.

¿Qué harías?

La respuesta es obvia: Conseguir esa llave.

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-Qué golpe tan bajo, Jake -protestó mi primo Beomgyu en la puerta de la librería Strand-. La próxima vez, pidemelo tú mismo.

-Si te lo hubiera pedido yo, habrías dicho que no.

-Es verdad. Veo que te aprovechas de mi debilidad por la tia Ida -Beomgyu observó al pobre Sunghoon con desconfianza y luego lo señaló con el dedo-. ¡Y tú! Nada de intentar cosas raras aquí esta noche, ¿entendido?

-Te aseguro que no soy capaz ni de considerar las presuntas cosas raras a las que te refieres, teniendo en cuenta que no sé por qué estoy aquí -replicó Sunghoon.

-Lector empedenido y pervertido -se burló Beomgyu.

-¡Gracias, señor! -respondió alegremente Sunghoon.

Beomgyu giró la llave y abrió la puerta de la librería. Eran las 11 p.m. en la vispera de Año Nuevo. La gente paseaba por Broadway vestida de fiesta y, a un par de manzanas, en Union Square, oiamos las alegres y ruidosas reuniones de amigos.

La silenciosa librería, que nos recibía esa noche, había cerrado varias horas antes.

Para nosotros, y solo para nosotros, estaba abierta en Nochevieja.

Es bueno tener contactos.

O mejor dicho, es bueno tener contactos que llamen a ciertos primos para recordarles quién creó hace muchos años un fideicomiso para su educación universitaria y decirles que lo único que pide a cambio es un pequeñisimo favor para Jake.

Sunghoon y yo entramos a Strand mientras Beomgyu cerraba con llave la puerta detrás de nosotros.

-La dirección ha solicitado que, a cambio de este privilegio, ambos poséis para unas fotos publicitarias llevando camisetas y bolsas de Strand. Queremos aprovecharnos de vuestra fama antes de que los periódicos se olviden de vosotros -explicó Beomgyu.

-No -repusimos Sunghoon y yo al unísono.

-Los jóvenes de hoy en día creen que todo es gratis -comentó poniendo los ojos en blanco.

Esperó un momento como si pensara que ibamos a cambiar de idea. Esperó unos segundos más antes de darse por vencido.

Me dijo:

-Lily, cierra la puerta con llave cuando salgas

Luego se dirigió a Sunghoon:

-Intenta algo con mi precioso niñito y . . .

𝗥𝗘𝗗 𝗡𝗢𝗧𝗘𝗕𝗢𝗢𝗞 sᴜɴɢᴊᴀᴋᴇDonde viven las historias. Descúbrelo ahora